1. Recuerdos de Sandra - Segunda Parte


    Fecha: 09/06/2018, Categorías: Zoofilia Autor: strayxsuperfan, Fuente: SexoSinTabues

    ... sexo con él esa semana (ni la anterior, recordó también). Así que no tendría que dejarlo o bañarlo para evitar que sus papás notaran el olor que tenía el perro, que no sólo era a sexo, si no ¡al sexo de su hija! En eso estaba pensando al abrir la puerta del patio trasero para llevar las croquetas a Gandalf cuando el perro le brincó con mas calentura que amor. El bastardo seguía notando cuando ella comenzaba a ovular y le hizo tirar la hamburguesa al suelo y caer sobre el costal. Tenía mucho tiempo que no lo dejaba más de una semana sin sexo. En esta ocasión ¡ya eran más de dos! Aprendió a la mala que a un macho adulto de danés de 6 años no lo puedes abandonar carnalmente después de acostumbrarlo. Los 10 minutos en el baño se le hicieron eternos. No paraba de imaginar que tanto Héctor como sus amigos podrían notar el comportamiento inusual de los perros y de ella, que harían preguntas incómodas y que se convertiría en un interrogatorio que sólo se resolvería concluyendo que ella era una puta cogeperros descontrolada y sin remedio. Tal vez terminaría diciendo tantas estupideces que, conociendo a su hermano, la harían el hazmerreír de las fiestas familiares, además de que los presentes la recordarían para siempre como una imbécil. Afortunada y desafortunadamente se salvó con uno de los recursos, casi siempre involuntarios, de los que dispone toda mujer bonita. Cuando salió de nuevo al patio y caminó hacia ellos, Alejandro se agachó a revisar la enorme verga y huevos de ...
    ... Gandalf. Mientras bajaba involuntaria la velocidad de su paso al ver aquello, recordó que su martillo, en estado rojo casi incandescente, había estado vaciándose dentro de ella varias veces y que seguramente la mano de Alex quedaría impregnada del olor del sexo del perro y del suyo. Ya estaba empezando a ponerse pálida rápidamente, cuando el improvisado veterinario dijo de repente: “pensé que todavía no lo cruzabas, este galán está bien sanote”, mientras sonreía con picardía. Cuando su hermano estaba por preguntarle si se le había estado escapando el perro, Tania estaba atrapándola ya. La casita de Cuernavaca, donde por segunda vez se hizo una herida igual en la rodilla, fue realmente un golpe de suerte. Los pequeños dos departamentos que abandonó a los 6 meses cada uno, eran lindos, pero no le permitían tener privacidad con Gandalf de la manera que ella hubiera querido. Pero ni siquiera sus amantes humanos se salvaron. Perdió un novio cuando se atrevió a mencionar en sacar al perro para poder coger a gusto con ella, sin aullidos ni ladridos o uñas amañado la puerta y piso. Es por ello que al ir a una fiesta, pidió a uno de sus amigos que parara el auto por el anuncio que vio de renta. La casa estaba sola y ella, junto a Magdalena, su mancuerna de siempre que había llegado del D.F., brincaron la barda. Se arañó una pierna con la bugambilia, pero valió la pena. Era exactamente lo que buscaba. Llamó a la dueña por teléfono de inmediato, sin suerte. Estuvo durante todo lo que duró la ...
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