1. Mi esposa y el brasileño


    Fecha: 13/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Con Sofía, mi esposa, desde hace tiempo veníamos manejando la fantasía sexual de verla haciendo el amor con otro hombre, pero no nos habíamos atrevido, por temor a que esto cambiara nuestra relación de pareja y además, debíamos encontrar a alguien que le agradara a ella. Sin embargo, después de conversarlo bastante, nos decidimos a dar el paso deseado. Nos fuimos a una discoteca en un conocido hotel de la ciudad y ella, conforme a lo convenido, se acomodó sola en la barra a poca distancia mía, para poder observar lo que pasaba No le fue difícil llamar la atención, ya que ella es muy atractiva a sus 28 años, blanca, de cuerpo hermoso, estatura menuda de 1.60 mts., cabello pelirrojo, corto, y cara bonita muy bien maquillada, resaltando sus labios rojos, seductores y provocativos. Vestía una diminuta falda y una blusa semitransparente, sin botones, amarrada con un lacito que dejaba ver sus senos medianos y duros. Empezó a tomarse una copa y al rato ya se le habían acercado varios tipos, pero ella los alejaba diplomáticamente, porque al parecer, no le agradaba ninguno. Me distraje pidiendo un trago y al volver a mirar, la vi hablando con un tipo de color negro, de unos treinta años, mediana estatura y musculoso. Me sorprendí con esto, puesto que nunca habíamos considerado que podía ser con un negro, pero al parecer le caía bien ya que a pesar de no escuchar lo que decían, por el bullicio de la gente, los observé muy animados y bastante cerca el uno del otro. El tipo, muy ...
    ... afable en sus ademanes le ofreció un cigarrillo y a pesar de que no me gusta que fume, me calentó el hecho de verla coqueteando con otro hombre en mi presencia. Por momentos reían y ella disfrutaba el juego mirándome disimuladamente. Al cabo de varias rondas de tragos, ya mi esposa había establecido confianza con el negro, pues entre risas, se abrazaban y se secreteaban rozándose las mejillas. Al sonar música romántica, él la invitó a bailar y salieron a la pista. El tipo la rodeó con sus brazos por la cintura, apretándola fuertemente y ella rodeó sus manos en su cuello. Empezaron a bailar y a pesar de la penumbra y las otras parejas yo podía ver desde mi puesto que seguían hablando. En una de esas, se miraron frente a frente y el negro la besó en la mejilla, mientras ella descaradamente acercó sus labios hasta los de él, entreabriéndolos. El negro apoyó su boca en la de mi esposa, deslizando su lengua dentro de ella y comenzaron a besarse apasionadamente. Sofía entrecerraba los ojos sujetándolo fuertemente por la nuca, mientras él masajeaba sus senos erguidos. Por momentos era ella la que introducía su lengua en la boca de él y con una mano le acariciaba el bulto en su entrepierna. Después de un buen rato bailando, besándose y masajeándose, se sentaron y ella con el pretexto de ir al baño, hizo que yo la siguiera. Al acercarme, la sentí bien cachonda y medio borracha. Su cuerpo estaba sudoroso y tenía un olor a licor y macho. Me dijo que quería seguir adelante pues el tipo le ...
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