1. El tragasables


    Fecha: 22/06/2018, Categorías: Gays Autor: pepinero49, Fuente: xHamster

    ... más...Con aquel medio metro largo de polla dentro, noté como rozaba en las paredes del estómago, cómo se movía a su antojo. Era como estar totalmente lleno. El negro comenzó a moverse, a follarme desde su medio metro de nabo, y sacaba y metía poco más de 10 centímetros; el resto continuaba dentro de mí. Aquella sensación era mucho mejor que tener una espada en la garganta y el estómago, desde luego...Me di cuenta de que el chico se iba a correr, y no quería perderme el espectáculo de aquel ojete inmenso echando leche, así que, con rapidez, me saqué el enorme vergajo del estómago, del esófago, de la garganta y la boca, y me lo sitúe a unos escasos 10 centímetros, con la lengua totalmente sacada (tengo gran facilidad para ello, por el adiestramiento para tragar sables: puedo sacar 10 centímetros sin ningún problema), para tener una visión en primerísimo plano y además no perderme nada de leche. Empezó a largar semen, y aquello parecía una manguera: del ojete enorme empezó a surgir, como un surtidor, una gran cantidad de leche. El primer churretazo, tremendo, me cruzó la cara de lado a lado. Los siguientes, ya más calmados, fueron cayendo directamente dentro de mi boca o sobre la lengua extendida. El glande se sacudía espasmódicamente a cada trallazo. La leche sabía riquísima, como si fuera un néctar ...
    ... semidulce, suave y de textura viscosa. La fui tragando golosamente conforme aquel pollón seguía largando esperma. No fueron menos de quince los trallazos que largó, y cuando ya parecía que no salía nada más, rebusqué, con la punta de mi lengua, dentro del ojete, recuperando aún varias gotas de exquisita ambrosía.Me metí entonces el glande en la boca y lo embadurné con la leche que aún me quedaba dentro. Aquel fue otro gran momento, mamar un rabo mayestático bien empapado en su propia leche. Pero todo lo bueno se acaba y, por fin, ya no quedó más leche y el nabo comenzó a replegarse; por supuesto que eso suponía que volvería a tener sólo unos 30 centímetros en vez de medio metro; aquel negro tenía más polla en reposo que prácticamente el 99,99% de los varones del mundo.Con pena me lo saqué de la boca. El hombre estaba sudoroso, pero se le veía feliz. Nadie jamás había sido capaz de tragarse entera aquella maravilla de la naturaleza, y por fin había encontrado la horma de su zapato.¿Me creeréis si os digo que, desde entonces, practico todos los días mi oficio de tragasables, sólo que ahora lo hago siempre con otro... elemento, menos cortante, más gordo, más húmedo y caliente? ¿Y que me lubrico la boca y la garganta con una peculiar grasa? Y la verdad, nunca he disfrutado tanto en los entrenamientos... 
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