1. EL DILEMA DEL MILITAR (la conciencia)


    Fecha: 10/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... aquí?, mi amor, estás irreconocible con ese uniforme. Pero qué alto y grande te pusiste y que buenmozo estás –. Me besó y me abrazó sinceramente contenta con mi llegada. -Pasé por Medellín y quise venir a verlos –contesté tratando de resumir algunas de las preguntas de mi tía –, mañana salgo para mi casa, quiero ver a papá, a mamá y a todo el mundo por allá, tengo permiso en el cuartel solo por una semana. Vengo viajando, en autobús, desde la fronter, salí ayer en la tarde. -Debes estar cansado del viaje. Aquí puedes quedarte el tiempo que tú quieras, esta es tu casa. Cuando tú viviste aquí te hiciste parte de esta pequeña familia que formamos Rafa y yo, y también tú, claro. -Gracias, tía –respondí. -Sí, quédate, quédate unos días –insistió Rafa. -No puedo, allá en casa me están esperando y sólo tengo una semana libre. Ya compré mi pasaje para mañana en la mañana. Pero gracias por la invitación, otro día me quedo aquí más tiempo. - ¿Tienes hambre? ¿Ya cenaste? –pregunto mi tía. -Sí, tengo hambre, no he comido desde la mañana, no me gusta la comida que venden en la carretera. Pero antes quiero bañarme. Hablé un buen rato con mi tía con quien había logrado estrechar lazos de amistad verdadera durante el tiempo que allí viví. No era frecuente que alguien accediera a su confianza ya que era una mujer sola a quien no le gustaba hablar de sus cosas. Algo pasó, no sé qué fue, que hizo que nunca quisiera regresar al pueblo. No sólo es que era tímida y reservada. Después que nació ...
    ... Rafa había tenido un sólo novio, pero este ni durmió en casa. Ella decía que jamás le pondría un papá a su hijo. Yo supe romper parte del pesado muro que ella había tendido hacia el exterior. Conmigo siempre fue diferente. Además de nuestra relación filial, pudimos establecer una relación de amistad. Aun así, yo mantenía muchas lagunas en cuanto a ella. Mas esa noche no hablamos nada de eso, sino que yo conté sobre la vida en el cuartel y cosas de la finca donde vivíamos. Después de un rato mi tía se despidió, Rafa dijo que se iba a calentar algo, para mí, en la cocina, y me fui a bañar. Me desnudé y me miré al espejo. Los aromas del baño me produjeron una especie de nostalgia por la vida pasada. Reconocí un olor asociado a buenos momentos y sonreí a ese baño tan limpio y perfumado. Me coloqué frente al espejo. Todo me parecía familiar. Hice ejercicios isométricos hasta que mi pecho y mis brazos se ensancharon. Dejé de hacerlo porque mi pene agarró volumen, lo acaricié, un poco, antes de entrar en la ducha. "Hazte la paja", pidió mi conciencia. "No". "Vamos, tienes varios días que no botas leche". "No importa". Me bañé con agua tibia y me enjaboné con uno de los perfumados jabones. Me lavé el cabello con delicado shampoo. Salí de la ducha y comencé a secarme con una suave y esponjosa toalla. "¿No te la vas a hacer?" "Ya te dije que no". "¿Vas a salir a la calle?" "No, voy a quedarme aquí en la casa, estoy cansado". Me anudé la toalla a la cintura y me coloqué de nuevo frente al ...
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