1. La reeducación de Areana (24)


    Fecha: 28/07/2018, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... entre dientes: -Sos una perra en celo, una puta… -Por favor… -volvió a suplicar inútilmente la esclavita mientras sentía los dedos de Lucía hundirse en su vagina cada vez más mojada y sus piernas pataleaban incontrolables. Ahora Lucía le pasaba la lengua por la oreja y le murmuraba frases obscenas al par que había comenzado a jugar con su clítoris. Areana gemía y jadeaba ya perdida por completo toda conciencia, toda noción de tiempo y espacio hasta que entre gritos roncos estalló en el orgasmo mientras un murmullo de asombro y curiosidad se iba extendiendo por el aula. -¡¿Qué está pasando acá?! –gritó la Godínez en busca de imponer el orden mientras Lucía se ponía de pie y saltaba hacia un costado del pupitre con un insulto dirigido a Areana: -¡Asquerosa! -¡¡¡¿Qué le pasa, Gutiérrez?!!! –volvió a preguntar la profesora con la confusión dibujada en su rostro. -Por favor… -suplicó la esclavita entre sollozos incontenibles. -¡Esta asquerosa se pa… se masturbó, señora! -¡¿Qué?! –bramó la Godínez con los ojos agrandados al máximo por el asombro. -Se masturbó, señora. –insistió Lucía regodeándose por dentro a la espera de la reacción de la profesora, que de inmediato y con tono estentóreo llamó a Areana al frente. -¡¡¡KAUFFMAN, VENGA PARA ACÁ!!! En realidad, la docente sentía que un volcán había comenzado a activarse en su interior y derramaba lava ardiente por todo su ser, pero necesitaba disimular lo que estaba sintiendo y de allí sus gritos y su aparente indignación. Areana se ...
    ... adelantó temblorosa y avergonzada, con la cabeza gacha y las mejillas ardiendo. -¡Díganos ya mismo lo que hizo, Kauffman, y en voz bien alta! -Por favor, señora… -¡¡DÍGALO!!! -Me… me… -¡¡¡EN VOZ ALTA, KAUFFMAN!!! –exigió impiadosa la Godínez. -¡ME MASTURBÉ! –gritó la esclavita y comprobó, una vez más, que la humillación constituía para ella un fuerte estimulante erótico y mucho más si era pública, como en este caso. Toda la clase prorrumpió en carcajadas y la Godínez sintió que se estaba excitando cada vez, con Areana ante ella y sometida a tamaño escarnio. -¡Es una asquerosa! ¡una pajera! –gritaba Lucía y a fuerza de gritar consiguió que el resto de las alumnas se sumara entre risas mientras Areana se había largado a llorar, incapaz de controlar la enorme tensión que la invadía y agitaba. La profesora, erguida en el estrado cuan alta era disfrutaba con el suplicio sicológico que estaba padeciendo esa jovencita enviada por Satanás para estimular el pecado en La Tierra, hasta que consiguió imponer silencio a la clase y entonces dijo: -Kauffman, salga ya mismo del aula y se me para en el pasillo de cara a la pared y antes de irse me ve en la sala de profesores. -Sí, señora… -murmuró Areana y camino a la puerta debió oír otra vez el insulto de Lucía: -¡Asquerosa! –y nuevas carcajadas. La profesora logró a duras penas disimular su excitación y con algún esfuerzo pudo restablecer el orden y continuar su clase, aunque mojada y con la mente puesta en Areana. Al salir del aula la vio ...