Una estadía en Mallorca, el tercer d&iacute - Relatos Eróticos

Una estadía en Mallorca, el tercer d&iacute

... pulsante, obligándome a abrir mi boca al máximo para tragármela entera.Mientras fui deslizando mi mano dentro de mi tanga y comencé a acariciarme el clítoris; sentía mi vagina ahora chorreando…Aumentó la velocidad de la mamada, estaba tan caliente que quería probar el semen de esa verga que en días anteriores me había llenado la vagina y el ano.La verga se hinchó hasta parecerme gigantesca y en ese momento pude sentir que el negro se descargaba en mi boca. El semen salió de repente, a borbotones y yo traté de tragarme todo lo que pude de una vez.Me levanté y lo miré a los ojos, todavía saboreando el gusto de su leche en mi boca. Me alejé unos pasos, dispuesta a marcharme más que satisfecha, pero entonces el negro avanzó y me tomó por un brazo.“Adónde vas, puta blanca, ven con Eriq, que va a follarte hasta que te desmayes”. Me dijo sonriendo, arrastrándome hasta el interior de la caverna…Cuando se apartó de él, se levantó, se sentía satisfecha pero avergonzada, iba a marcharse cuando él la sujetó, se sintió dominada, la introdujo hacia lo más profundo de la cueva.Me empujó contra una pared húmeda y en la penumbra sentí que su mano acariciaba mis caderas. De repente deslizó mi tanga hasta mis rodillas de un rápido manotazo. Me dejé hacer, mi calentura me tenía como enfebrecida y no había nada ni nadie que pudiera evitar que ese negro me cogiera a su antojo y voluntad…Sentí que sus ojos cargados de lujuria me quemaban mientras sus dedos entraban en mi humedecida vagina. Gemí ...

... de placer a su contacto.Eriq comenzó a masturbarme con rapidez, sus enormes dedos entraban y salían de mi concha a un ritmo estremecedor, que me provocaba temblor en mis piernas. Sentí que mis rodillas se aflojaban y tuve que sostenerme de ese cuerpo de ébano para no caer al suelo.De repente el negro se detuvo, haciéndome girar para apoyar mis manos en la pared oscura. Me preparé para que me penetrara con su serpiente enorme, pero entonces sentí su lengua explorando mi ano.Esperaba que me cogiera por la concha; mi culo todavía me ardía desde la noche anterior en la discoteca. Para mi sorpresa, me tumbó boca arriba en el suelo arenoso y me hizo abrir las piernas. Comenzó a comerme la concha, hundiendo su lengua entre mis ahora dilatados labios vaginales.En menos de cinco minutos me arrancó dos orgasmos que me hicieron aullar como una perra en celo. El negro sonrió al comprobar el efecto de su lengua en mi cuerpo.De repente se incorporó y me tomó entre sus brazos, alzándome en vilo. Me depositó sobre una roca plana. Allí de pie, su enorme verga quedaba a la altura de mi vagina, que lo esperaba ansiosamente.Le pedí que me cogiera, ya no podía esperar más…El negro se acercó; ubicó esa inmensa verga sobre mis labios vaginales y me penetró muy despacio, su glande enorme entró haciéndome gemir con un escalofrío recorriendo mi cuerpo.“Hasta el fondo… despacio, pero la quiero toda adentro” Le supliqué.Eriq entonces tomó mis caderas y me penetró en una sola estocada, que me provocó un ...