1. Mi Aventura (II)


    Fecha: 02/09/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola amigos, debido a la cantidad de e-mails recibidos, los cuales agradezco, me he decidido a continuar mi historia. Espero que no os defraude. Como ya os comenté Sergio y yo comenzamos una relación preciosa. Durante los primeros días no nos separábamos; nos mandábamos mensajes al móvil todo el rato con las típicas chorraditas de un par de enamorados; cualquier sitio de la casa era bueno para empezar nuestros juegos amorosos que terminaban siempre en el más lujurioso de los sexos, siempre siendo yo la parte más pasiva de la pareja a la hora de hacerlo; vamos, siendo el "putillo" que soy. El caso es que como suele suceder cuando una relación surge por un deseo carnal, cuando esa pasión se acaba el amor se suele ir con ella. Eso nos pasó a Sergio y a mí, con el tiempo cada vez nos distanciábamos más aún viviendo y durmiendo juntos. Una noche, mientras trabajaba -de camarero como ya os comenté- entró al pub un hombre de los que se te pone todo tieso nada más verlo, ya me entendéis. Se acercó hacia mí y me pidió de una manera muy agradable y con una voz de lo más varonil una copa de ron con naranja. Se la serví al momento, pero mientras se la acercaba mi mano comenzó a temblar víctima del nerviosismo que tenía ante la presencia de tal ejemplar. El caso es que el hombre se dio cuenta, pero una leve sonrisa fue su único gesto. Debido a que el pub no era gay y a la poca atención que aquel hombre manifestaba por mí, pronto perdí las esperanzas de tener algo con semejante macho. ...
    ... Bueno, mientras os cuento ésto y por la emoción de recordarlo se me ha olvidado describirlo: es un hombre maduro, no viejo, alto, moreno, cuerpo atlético y muy cuidadosamente trabajado en el gimnasio, guapo, pelo engominado y vestido con traje de chaqueta y corbata. Es decir, para mí, todo un HOMBRE. El caso es que se tiró toda la noche apoyado en la barra observando al personal que por allí deambulaba; yo creía que estaba esperando para entrarle a alguna jovencita, las cuales con sus minúsculas minifaldas y sus ajustados tops calientan a los hombres como él. Se hicieron las 3:00 de la madrugada y era la hora de cerrar, pero aquel hombre todavía seguía allí apoyado. Fui a comentarle que hiciera el favor de salir del local porque íbamos a cerrar, cuando me dijo de una manera muy firme y sin vacilar: -Saldré contigo de aquí, ¿ creías que te ibas a escapar?. Me quedé totalmente parado sin saber qué hacer, cuando él me dijo que me diera prisa y saliera ya de allí. Me dirigí hacia mi jefe para cobrar lo de esa noche y como si de un zombie se tratara seguí a aquel semental, nos metimos en su coche y fuimos hacia el hotel en donde se hospedaba debido a que había llegado a la ciudad por motivos laborales y sólo iba a estar el fin de semana. Subimos a su habitación y nada más entrar me tiró sobre la cama, me incorporé y me senté en el borde. Él estaba de pie delante de mí con su porte de saberse superior en esa situación ante mí. Me cogió por la cabeza con su mano y comenzó a restregarme ...
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