1. Un desliz y una extorsión ©


    Fecha: 22/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AnaLu, Fuente: xHamster

    ... lo rocé nuevamente con mi cola. Pero esta vez no se quedó con las ganas: acercó un poco más sus caderas a las mías. Aún sosteniendo la caja, me quedé inmóvil sintiendo su cuerpo contra el mío, sin palabras, con mi corazón acelerándose por la emoción.Al fin solté la caja, me erguí apoyándome de espaldas en él. Corrió mis cabellos para dejar lugar a que sus labios se apoyaran en mi nuca, besándomela suavemente y también el lóbulo de mi oreja. Sus brazos me rodearon y tomó mis senos masajeándolos con delicadeza por encima de mi blusa. Incliné mi cabeza para que siguiera lamiendo mi cuello y una de sus manos acarició mi panza, levantándome la ropa.Giré mi cara hacia la de él. Nuestros labios se encontraron, nuestras lenguas se encontraron. Y su mano en mi panza bajó, bajó, bajó por dentro de mi pollera y mi ropa interior. Y sus dedos y mi humedad se encontraron también. Con su lengua jugando con la mía, con sus dedos jugando con mi clítoris mojado, estiré mi brazo hacia atrás, desprendiendo su cinturón, desabrochando su pantalón...encontrando el calor de su cuerpo, la rigidez de su excitación, que era la mía también...Sin dejar de acariciarme y besarme, con la otra mano desprendió mi pollera y la dejó caer al suelo, bajando lo más que pudo mi tanga. Mi mano se aferraba a su miembro y como pudo, también bajó su pantalón y su slip. Así como estábamos, yo de espaldas a él, semidesnudos, sin mediar palabras, me incliné un poco hacia adelante entreabriendo mis piernas, apoyándome en ...
    ... las cajas con ambas manos...Sentía sus dedos y ya era una gloria, pero casi muero de placer al darme cuenta que estaba entrando en mi cuerpo, lentamente. Luego de penetrarme totalmente, sus caderas en vaivén, sacándola, metiéndola, con el compás que yo seguía con las mías me hacía estremecer...Apenas un corto tiempo y ya a punto de explotar, mis gemidos en aumento fueron la clave: Aumentó su velocidad, su fuerza y sus jadeos, cogiéndome sin dejar de estimular mi clítoris...Todo fue un maremágnum de sensaciones, donde se entrelazaban mis gemidos y sus jadeos y experimenté un orgasmo como hacía rato no lo tenía mientras él descargaba toda sus ganas en mi interior, con fuerza, estertóreamente...Quedamos así unos momentos, disfrutando de la calma después de tamaña tormenta, temblando, percibiendo como escurría en mi entrepierna la mezcla de nuestros jugos, besándonos amablemente, deseando extender el tiempo. Anhelaba tenerlo con su cuerpo desnudo contra el mío también despojada de ropa. Me di vuelta y ya frente a frente, lo tomé del rostro y lo besé, lamiéndole los labios, succionando su lengua como muestra de lo que estaba dispuesta a hacer para motivarlo nuevamente hasta que su vigor pudiera atravesar otra vez los umbrales de mi sexo. Lentamente, descendía con suaves lamiditas por su cuello, su pecho, su panza...Los vientos de fines de noviembre, anticipo del verano, sacudían los árboles del patio. Justo un instante antes de que pudiera dedicarme a la tarea oral que me propuse, ...
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