1. Un desliz y una extorsión ©


    Fecha: 22/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AnaLu, Fuente: xHamster

    ... te preocupes, pero en tu casa no creo que las cosas vayan bien cuando se entere tu esposo", terminó. Con la cabeza gacha y lágrimas en mis ojos le supliqué que no hiciera eso. Hizo una pausa y luego dijo "Dejame pensar como solucionamos esto, ¿si?" Asentí con la cabeza y no tardó mucho en mencionar que tenía la solución. Estaba por agradecerle, pero me contuvo y señaló la puerta del consultorio: "Podés salir por esa puerta ahora e ir a tu casa. Yo cumplo con mi obligación y redacto un informe...O te quedás aquí, cerrás la puerta con llave y conversando un rato tal vez me convenzas de no hacerlo".Con la puerta abierta y el picaporte en la mano casi salí corriendo de allí, pero pasó por mi mente la vergüenza que iba a pasar y ni hablar del problema mayúsculo con mi esposo...Dudé un instante, pero lentamente cerré la puerta, corrí el cerrojo y me quedé allí, apoyada, de espaldas sin atinar a moverme. De nuevo sentí que me tomaba por los hombros, indicándome la camilla para que me sentara allí. Me sacó los zapatos y me acomodó boca arriba masajeando mis pies, pidiendo que cerrara los ojos y me relajara.Sin dejar de masajearme, comenzó a hacer preguntas, como si de una consulta médica real se tratara, solo que todo giraba en torno a mi vida sexual y obviamente, estaba obligada a contestar: Cuando tuve mi primer orgasmo, si fue por masturbación o penetración, con que frecuencia tenia sexo, si me masturbaba habitualmente, si gozaba mucho cuando me hacían sexo oral y cuando yo se ...
    ... lo hacía a otros, si gozaba con mi marido...que se yo cuantas más. Pero sin dejar mis de acariciar mis pies.Extrañamente, en apenas unos minutos me sentía mucho mas relajada. Aunque entregada sería el término correcto. Fue cuando sus manos recorrían mis piernas hacia mis caderas cuando recién recordé que no me había higienizado, dado el apurón en mi oficina. Frené sus manos y le pedí que me dejara hacerlo. "Así está bien" fue su respuesta. Con una mano desprendió mi pollera y con la otra desabrochaba mi blusa. Luego, con ambas manos me sacó la bombachita y la puso dentro de su maletín -cosa rara, pensé- y sin mas, estiró de mis piernas para colocar mi cola en el borde de la camilla.Sosteniéndome con sus manos desde los muslos, me los levantó y sentí su lengua en mi vulva, introduciéndola lo mas que podía, luego succionando mi clítoris jugueteando con su lengua también... volviendo a mi vagina, y a mi clítoris...y así por un buen rato. Llegué a olvidar la situación en la que me encontraba, sus caricias orales me trasportaban a ese cielo que conocemos y un segundo antes de que me hiciera volar por los aires, lo detuve tomando su cabeza con mis manos. No porque no me gustara lo que estaba sintiendo, sino porque después de llegar, me iba a costar mucho más completar mi "soborno".Descendí de la camilla y me arrodillé en el piso para bajar su ambo elastizado. Por debajo del boxer se notaba su tremenda erección y una manchita húmeda de líquido preseminal ya estaba pintada en el. ...