1. Sexo a los 70 años


    Fecha: 08/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: pengo56, Fuente: xHamster

    ... una mano debajo de la braga, acaricié mi pubis.El chico respondió bien.Me quitó la prenda y acarició el matorral de vellos. Luego me hizo sentar apoyada en los almohadones y él se arrodilló entre mis piernas.Con las manos tomó las tetas y las masajeó mientras me miraba en silencio.Su polla, dura y enhiesta apuntaba a mi vientre.Doblé las piernas y tomándola suavemente, la apoyé sobre la raja de la concha y con el glande comencé a masajear mi clítoris, deslizándolo despacio entre los labios que estaban cada vez más humedos.Cerré los ojos y me abandoné al placer.Tenía a la vieja delante mío, con los ojos cerrados.Tenía unas tetas fabulosas, medio vacías, pero los pezones eran increibles y con todo este jugueteo estaban duritos, con las aureolas hinchadas y tersas.Sarita había tomado la polla y la fregaba lentamente contra su concha, entre dos gruesos labios cubiertos de vellos grises.En determinado momento se deslizó sobre su espalda y sentí como el miembro se hundía en la carne. ¡delicioso! el calor dentro de ella era espectacular y las paredes empapadas me dieron la sensación de hundir la polla en un frasco de crema tibia.Siguió empujando hasta que sentí la cabeza golpear el fondo.La había metido hasta la cerviz. Me senti llena de este macho. Pero era tan larga que aún quedaba parte del tronco afuera. Me hubiera gustado sentir los huevos golpear contra el ojo del culo.Antonio se retiró hasta quedar solamente la cabeza entre los labios y volví a sentir todo su largor ...
    ... penetrarme otra vez.Volvió a retirarse y jugueteó con la cabeza entre los labios, entrando y sacando la voluminosa punta del inicio de mi cueva, para luego volver a hundirse profundamente.Esto me sacaba de quicio.El placer era tremendo y a poco sentí que todo el cuerpo me temblaba y que las paredes de la concha vibraban enloquecidas como hacía tiempo no sentía. El aire me faltaba y solamente quería estallar en mil pedazos.El orgasmo me brotó de las entrañas y sentí que ondas de calor me recorrían el cuerpo.Y estallé.Fue el orgasmo más delicioso que recordara.Sarita se sacudía como epiléptica.Las manos agarraban freneticamente la sábana y subía y bajaba la pelvis desesperada con cada embate que daba con la polla.Estaba teniendo un orgasmo de primera, y yo estaba a punto de reventar, pero quise dejarla que disfrutara.Cuando se quedó quieta, extenuada evidentemente, respirando fatigosamente, saqué la polla y me senté frente a ella.Luego de unos segundos Sara preguntó?–¿Acabaste, hermoso?–No, me guardé para mi propio final...–¿Que final?–Quiero que me mames, como al principio...Me levanté y me paré al costado de la cama, con la polla dura.Sara se sentó en el borde y sin tocarme tomó la cabeza en la boca y comenzó a lamer la base.De vez en cuando metía el tronco hasta donde daba su garganta, para volver a sacarlo y deslizar la lengua por él, volviendo nuevamente a mordisquear la cabeza.Luego ponía el glande entre los labios y lo chupaba como un pirulín, frotando con la lengua la base de la ...