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Historia del chip 024 - A flor de piel - Kim 010
Fecha: 26/10/2018, Categorías: Dominación Grandes Relatos, Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... los gestos ya integrados se colocó los mocasines despacio, dejando que su amante se explayase en la visión de su cuerpo. Siempre que los había llevado, Mary llevaba su traje de seda y hebras cortantes. Era la primera vez que se encontraba con todo en contra. El pijama de terciopelo no iba a aplacarle la excitación y aunque no lo hubiera admitido, los malditos mocasines la excitaban sobremanera. No sabía si era por hacerle las piernas más largas y seductoras o la intensa sensación en las pantorrillas. O a la mejor porque todos los movimientos se volvían conscientes gracias a la lentitud. Si no lo hacía así, el dolor aparecía en las plantas de los pies. Nada de esto importaba. Imaginó que estaba con Roger y se dispuso de manera seductora e incitante. Estando al lado izquierdo de la cama se giró a la derecha y elevó al máximo la cadera izquierda dejando que la vista de Mary incidiese directamente entre sus piernas, con el fondo de los muslos cerrados. Dejó su mano izquierda en la nuca y usó la derecha para ayudar a mantener la posición. Los pechos quedaron proyectados hacia la instructora. Las piernas parecían infinitas y estaban dispuestas de manera que era imposible no desear tocarlas. Lo poco que cubrían los mocasines sólo conseguían que Kim pareciese más desnuda. El arco de los pies proyectado hacia delante acentuaba la sensualidad de la postura. —Fantástico, Kim. Realmente eres preciosa. Divina. ¿Y qué harás mañana? ¿Me besarás? Kim no dijo nada y quiso acercar sus labios ...
... a los de Mary. —No, Kim. No. Debes mantener la postura. En la cama, todo es más importante. Está bien que fuera de ella muestres tu pasión a tu amante. Le estás indicando que le deseas. Pero aquí debe quedar claro que es su deseo el que es importante. Y tu cuerpo es el centro del deseo de ambos. La frontera de vuestra unión. Debe decidir dónde acariciarte y cómo. Deja que te contemple el rato que desee. Acostúmbrate a su mirada. Disfruta de ella. Excítate mientras se deleita. Usa tus ojos para mostrarle tu deseo o ciérralos para que pueda posar su mirada dónde quiera. Mantén los labios ligeramente abiertos y humedecidos por si desea besarte. Kim usó la lengua seductoramente para humedecerse los labios de arriba. Los verticales, no hacía falta. Llevaban húmedos horas. Mary, leyéndole el pensamiento salió de la cama. Volvió con un rollo de cocina en la mano. Lo depositó junto a la mesita de noche y tiró para quedarse con una servilleta. Evitando tocarla la introdujo en la vagina de Kim usando el dedo más largo. La cavidad estrecha y sensible protestó ante la invasión, no por falta de deseo sino por la brusquedad y la sensación de rozaduras que produjo el grueso papel. Surgió empapado y Kim quiso cerrar las piernas. Mary la besó, sabiendo que el momento era importante. —No te avergüences nunca de tu humedad. Muéstrala con orgullo. ¿Crees que Roger no se sentirá complacido viéndote así? Sin dejar de besarla, Kim afirmó levemente. Mientras tanto, Mary deslizó un nuevo papel entre ...