1. Papá, Mamá y el Mecánico


    Fecha: 02/11/2018, Categorías: Voyerismo Autor: GusBecker, Fuente: SexoSinTabues

    ... ratito petiza… Palabras más, palabras menos era lo que se decían. Me gustaba muchísimo espiarlos en la cocina, porque ella prácticamente desaparecía en los brazos de él, esas rudas manos no dejaban lugar sin sobar. Gracias a esas exploraciones de él sobre el cuerpo de mami, me percaté una vez que ella lo esperaba sin bombacha ni corpiño, al levantarle la falda vi la mata de pendejos que era característica en las mujeres de los '80s y las tetas de mamá recibiendo más chupones que su boca. Si el mecánico iba a venir a la noche a visitar a mamá, me daba cuenta en la cena, porque comíamos más temprano que de costumbre y ni bien terminaba el último bocado, me llevaba a la rastra a lavarme los dientes y a la cama a dormir. Ella se quedaba en la sala viendo tv y cerca de las once de la noche, bajaba sin hacer ruido a la entrada del edificio para abrirle, ni bien regresaba, volvía a entrar a mi habitación para cerciorase que estaba dormido (cosa que yo fingía muy bien porque me mataba la curiosidad por saber que hacían), luego cerraba la puerta y regresaba a la sala para estar con él. Yo esperaba varios minutos, que se me hacían horas, para abrir la puerta y espiarlos, era común encontrarlos en el sofá matándose a besos y caricias, con todas las luces apagadas, dejando el televisor encendido que estaba frente al sofá para iluminarse y algunas veces las luces de la cocina o la del balcón. Nuestro departamento era en forma de L, ubicándose en la superficie más larga, la puerta de ...
    ... entrada, a unos pasos a la izquierda la puerta de la cocina (entrando a la cocina está la puerta que da al lavadero), caminando y pasando la puerta de la cocina llegamos a la sala que era muy grande y enfrentadas en línea recta con la puerta de entrada estaban las puertas de vidrio corredizas que daban al balcón. A un costado de la sala a la izquierda, estaba la superficie más corta, en donde a la derecha estaba la puerta de mi habitación, enfrentada en diagonal la de mis padres y al fondo del pasillo la puerta del baño. En la zona de la sala más próxima al balcón estaba el sofá, con dos sillones a los costados, y en frente una biblioteca con el televisor en su parte media y a un costado el equipo de audio, entre el sofá y la biblioteca una mesa ratona de vidrio; en la otra mitad de la sala, que se encontraba más cerca de la cocina, se hallaba el comedor. Apenas asomándome desde la puerta de mi pieza, veía el respaldo del sofá y por suerte a un costado del pasillo había una maceta con una planta alta que dificultaba bastante verme. Dada la altura del respaldo podía observar los cuerpos desde la altura de los hombros para arriba. La primera vez que pude presenciar la visita nocturna de Sandro, él casi la viola en el sofá, estaba desesperado, quería desnudarla arrancándole la ropa. - Despacito papi, que tenemos toda la noche para nosotros, tranquilo. Lo único que te pido es que no hagas ruido que el nene está durmiendo. Le decía ella con voz dulzona, pero no lograba calmarlo. Se ...
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