Laura busca su límite
Fecha: 09/11/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ella estaba preparada. Al fin llegaba el día. Laura había probado poco a poco cada vez más, pero su naturaleza era insaciable.Quería en esta ocasión conocer sus límites. Su marido había sido quien la impulsara a probar cada vez más. Él le creaba las necesidades. Al principio de su matrimonio ellos pasaban días y días encerrados probándose uno al otro, siempre sintiendo nuevas caricias; y lo que en un principio era sencillo, se fue volviendo para los dos una necesidad de buscar cosas nuevas. Le habían ordenado el día anterior aplicarse un enema con agua fría para lavar bien sus intestinos y después se metió a la tina a darse un largo baño, era principios de verano y el calor era fuerte. Había recibido un paquete con un mensajero con lo que debería de llevar puesto. Así, a las 7 de la tarde se preparó meticulosamente para lo que le esperaba. Se puso un par de medias blancas con ligas a los muslos, una tanga pequeña también en blanco transparente y un brasier en juego. Sobre esto llevaba un camisón también blanco en tela satinada con filos negros que le ajustaba marcando bien su esbelta silueta, era bastante corto y cubría solamente la mitad de sus muslos. Tenía diminutos tirantes. El toque final lo daban unas zapatillas blancas.Lucía muy atractiva. Con su cabello dorado suelto, ojos verdes, piel bronceada, hermosas piernas bien torneadas, muslos marcados, pechos medianos y firmes y nalgas redondas que se marcaban bien con el camisón que llevaba puesto. El chofer que pasó a ...
... buscarla tenía la orden de mantenerla con los ojos vendados; así, en cuanto ella subió al coche le vendó los ojos. A Laura le gustaba ser sodomizada y en alguna ocasión hasta tuvo una doble penetración. Pero esto iba a ser diferente. La puerta se abrió y fue conducida a un salón amplio donde había varios artefactos colocados en las paredes, una mesa redonda giratoria como de un metro de diámetro con correas fijas en la superficie, una plancha acojinada rectangular con una inclinación de unos 45 grados con correas en las 4 patas y una mesita con consoladores de diferentes tipos ytamaños y varios pares de pinzas. Del techo colgaban argollas para sujetar. La esperaban en el salón 4 hombres de entre 35 y 45 años.Laura estaba muy nerviosa, deseaba experiencias nuevas pero no tenía ni idea a qué iba ni con quién. Todo fue un misterio y así ella lo aceptó. Al llegar le ofrecieron algo de beber, no supo que fue, pero comenzó a sentirse más relajada, mientras los cuatro hombres comenzaron a acariciarla. Empezaron a tocarle los pechos sobre el brasier transparente y el camisón que dejaban ver la protuberancia de sus pezones. Unos pezones bien formados y grandes que con las caricias que le estaban dando comenzaron a ponerse duros.También le empezaron a meter las manos debajo del camisón, tocándole los muslos y subiendo poco a poco. Las manos de los hombres recorrían todo su cuerpo, sintió como traspasaban su tanga y le acariciaban el clítoris y labios, igual sintió como un dedo penetraba ...