Laura busca su límite
Fecha: 09/11/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lograra. Ella pensó que le iba a ser difícil lograrlo en este tiempo, ya que al tener las manos atadas, sólo podía disponer de su habilidad de mamadora. Comenzó con el hombre que la estaba masturbando con el vibrador, él metió nuevamente su gran instrumento en la boca de ella y comenzó a cogersela. Laura se esforzó en hacer un gran trabajo, otra vez lo recibió con gran placer en su boca, lo metió hasta su garganta, comenzó a meterlo y sacarlo aplicando más presión en la punta, lamiéndolo, succionando y deseosa de poder tocar y acariciar las bolas y la base. Por supuesto que los hombres que pusieron las reglas no tenían ninguna intención de terminar rápidamente. En verdad estaban gozando de la mujer que tenían para ellos y de su propio placer que querían prolongar lo más posible. El tiempo voló para Laura y de pronto sintió otra descarga en pezones y labios. Eran intensos; sin embargo, ella estaba preparada y dispuesta a dejarse llevar hasta donde ellos quisieran sin quejarse ni objetar, pero el dolor la hizo recordar que no sólo era placer, sino que seguiría siendo castigada si no cumplía a tiempo con su tarea. El dolor que sentía Laura iba acompañado de una gran excitación, ella pensaba en cómo lucía y que estaba totalmente expuesta en vagina, nalgas, culo, pechos y boca delante de 4 hombres que ella ni siquiera había visto y que podían hacer con ella lo que quisieran para hacerla conoce y llegar a sus límites. Ése había sido el acuerdo que ella había aceptado días antes y ...
... que ahora era una realidad que estaba viviendo intensamente. Al fin, el primer hombre se corrió y un chorro de semen inundó la boca y garganta de ella, tragó toda la leche y le ordenaron que tenía que dejarlo completamente limpio. Así es que con su lengua fue limpiándolo y succionándolo hasta dejarlo nuevamente listo. Con el vibrador entrando y saliendo de su vagina sentía grandes deseos de correrse, pero le habían advertido que no le estaba permitido. Cuando se le ocurrió decirlo a sus verdugos éstos le dijeron que sería severamente castigada por el sólo hecho de pensar hacerlo sin su permiso. Al momento que se colocó frente a ella el segundo hombre para cogersela por la boca, le sacaron el vibrador de la vagina. Ella comenzó a chupar, succionar, lamer y acariciar de la mejor manera posible el nuevo miembro que parecía aún más grande que el anterior, pues le parecía más difícil aguantarlo adentro de su boca, no le parecía más largo, pero sí más grueso y bloqueaba su garganta. Estaba haciendo un gran esfuerzo por tragárselo hasta la garganta sin ahogarse, cuando de pronto sintió un golpe firme con una pala plana en plena entrada de vagina y clítoris que la hizo brincar de sorpresa y dolor. A este primer golpe le sucedieron muchos más y le dejaban la entrada vaginal y clítoris con una gran sensibilidad y adoloridos, pero la respuesta de su cuerpo fue que se le empezó a poner el clítoris duro; señal inequívoca de su gran excitación; sin embargo, después de unos 30 golpes comenzó ...