1. Curiosidad satisfecha


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Intercambios Autor: Ciughe, Fuente: CuentoRelatos

    ... peinados y maquillaje cuidado, blusas ajustadas y, o casualidad, ambas eligieron minifaldas cortas y medias que resaltaban las largas y bien torneadas piernas. La comida, con profusión del buen tinto, fue un derroche de miradas, las palabras resbalaban en los oídos, eran los ojos los que dialogaban – y desnudaban - las cuerdas tensadas de la excitación. A la hora del café, las copas de coñac y vodka nos llevaron a aquella brumosa tierra de nadie de la leve sobredosis etílica. La chicas, Romina más que Analía, parecían ligeramente eufóricas con la risa fácil. - ¿Qué les parece si jugamos algún juego? ¿A los dados o a las cartas? – propuso Luis - ¿A las cartas? ¿No es aburrido? – dijo Romina escéptica. - No si sabes elegir el juego. Yo digo el siete y medio prenda, por ejemplo aclaró Luis - ¿Siete y medio prenda? Es la primera vez que lo escucho. ¿Cómo es?- preguntó Romina Luis la miró directo a los ojos mientras explicaba: - Quien pierde se saca una prenda de ropa, La banca es rotativa . ¡Ah! Las piezas perdidas no se recuperan, hasta el final del juego – No esperó la aceptación y salió del comedor. Al rato se lo escuchó llamar a la esposa: - Analía vení que no encuentro las cartas.- Cuando quedamos solos Romina me encaró y con lo que era ya evidente: - Julio estos dos nos quieren coger. ¿No te parece? Está claro - - Algo de eso se traen, Si queres, damos una excusa, y nos vamos ¿Si? - No creo que sea correcto, Además vos te la comes con los ojos a la mina, y yo, y a mi ...
    ... hace tiempo me intriga como me sentiría con otro si no te jode demasiado, mientras vos te das el gusto con Analía, que seguro agarra viaje, por ahí me largo ¿qué decís?- Perplejo no pude decir nada. Ni por asomo me esperaba eso de Romina. Realmente los humanos, somos seres complejos y paradójicos, probablemente indescifrables. Mientras reordenaba las ideas, volvieron los anfitriones. - ¿Empezamos? – invitó Luis - Yo no, - alcancé a articular. Romina cortó mi intento de objeción, de cuajo: - ¡Si, dale! Vamos a ver que tan entretenido es. A las pocas manos del singular siete y medio, todos habíamos perdido zapatos y medias. Romina para sacarse las suyas nos dio las dos veces la espalda para levantar la pollera y desprender la media del portaligas. Analía no. Me miró fijo en las dos ocasiones y puso a mi consideración su bombacha rosa pálido. Ahí más que curiosidad de como sería intimar con otra, fue impulsión. Ni que hablar de mi erección. No se como aguantó el cierre relámpago del pantalón. El juego progresó, cayeron mi camisa y la de Luis. Le tocó a Analía desprenderse de la pollera. Lo hizo sin titubear pero a poco de sentarse, se incorporó, dijo no querer seguir y desapareció detrás de una de las puertas, no sin antes hacer ondular ante mi vista, su culo exuberante. - Julio, andá ver que le pasa a Analía, dale… - me invitó Luis pasados unos minutos, sin que hiciéramos nada, esperando ver como seguía la cosa. Obvio que se trataba de un ardid, habitual, empleado hábil y ...
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