Curiosidad satisfecha
Fecha: 26/11/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Ciughe, Fuente: CuentoRelatos
... cesaba de morderme y mis labios recorrían la parte de su ardiente cuerpo que encontraban al alcance. Nuestros cuerpos siguieron entrelazados, devorándonos mutuamente, hasta que sentí el orgasmo cerca. - ¿tomas anticonceptivos?- alcancé a murmurarle - ni se te ocurra sacar tu muñeco damela, toda la leche, la quiero, - exigió, con la frase entrecortada por las entradas del muñeco a que aludía. Un profundo gemido de su boca y las uñas hundidas en mi espalda anunciaron su orgasmo y yo dí rienda suelta al mío, inundándola. Llegó la calma erótica pero, con el descanso del sexo, mi mente se trasladó al otro cuarto y no podía asimilar que Romina estuviese cogiendo con otro. Estuve a punto de incorporarme para ir a cortar de cuajo lo que sea que sucediese en otra parte de la casa y llevarme mi esposa. Analía intuyó lo que hervía en mi pecho: - ¿Que estas pensando Julito?, ¿No estarás pergeñando hacer el ridículo, no? ¿Ya es tarde. El acortar la cosa, en el otro dormitorio, no borra el hecho que a tu mujer se la cogió otro y que ella lo quiso. ¿No te parece más piola otra vuelta conmigo? No estuvo nada mal la primera. - La lógica de Analía era irrebatible. Conversamos un largo rato. No, ella y el marido no eran consuetudinarios en el intercambio de pareja, sólo muy de vez en cuando y si daban con una dupla con ese “no se que, mezcla de estética, actitudes y otros detalles no muy precisables” que la hacía apetecible para ambos y conseguían que saltasen la valla de los tabúes sociales. ...
... Eso había ocurrido con Romina y yo, a poco de alternar en el restaurante la semana anterior, encontraron el “no se que” en nosotros y nos propusieron el encuentro en la casa. Distendido por la charla, volví a los besos, a las caricias. No tardó en sobrevenir la nueva excitación y cogimos una vez más, tan desaforadamente como la primera vez hasta quedar agotados. Eran casi las 2 de la mañana cuando Romina golpeó a la puerta: - Vamos Julio, que se hizo tarde. Nos vestimos a medias en el cuarto y completamos la tarea con los prendas que habían quedado diseminadas en el comedor. Romina y Luis nos habían precedido. Nos despedimos con un “gracias por todo”. Ya en el auto, después de andar unos 5 a 10 minutos envueltos en un silencio que podía cortarse con navaja, hablé de lo único que cabía hablar sin caer en el autismo o la hipocresía: -te sacaste la intriga, de cómo sería con otro ¿puedo saber que te pareció?, ¿cómo te fue?- Demoró unos instantes, como buscando las palabras adecuadas: -no te voy a mentir, me puse re-cochonda con él y fue una experiencia del todo nueva, - -el primer orgasmo me lo hizo venir sin culearme, mejor dicho me cogió con la boca, me besó largo rato los labios de la chocha, de arriba hasta abajo, me metió dedos, me puso toda la lengua adentro, me chupó el clítoris con los labios, me lo lamió a mil, haciéndome retorcer de placer, hasta que le acabé en la cara – - me gustó, no te lo voy a ocultar, eso, vos, nunca me lo hiciste, hasta el orgasmo.- -sabes que ...