Curiosidad satisfecha
Fecha: 26/11/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Ciughe, Fuente: CuentoRelatos
... eso de chupar, pasar la lengua, al infinito, no va conmigo, - le rebatí en tono nada amable. Estaba molesto, celoso por lo que había disfrutado sin mi. -, no te enojes, o se, pero me preguntaste y yo te cuento lo nuevo que me ocurrió. - gracias por la información, omo nota que él es mejor que yo, en eso, ¿y no te la puso, después? – le respondí con el mismo fastidio. - no seas rencoroso, Julio, te estoy contando como me pediste, si, me cogió, yo me quería ir cuando se me aplacó la calentura con el orgasmo, buscarte para irnos a casa, pero Luis me retuvo y con sutileza volvió a excitarme, estuvo bueno pero nada para decir uuuh, ó ¡¡eureka!! y vos ¿seguro la pasaste de maravilla con Analía? Digo, por las ganas que le tenías– ahora era ella que agredía, dejando caer las palabras, como gotas corrosivas. - Si, la verdad, está buena, le pone garra al coger, estuvo bueno estrenar concha nueva, pero nada para decir ¡¡uuuh!! ni, dar vivas, - Nuevo silencio denso, espeso y prolongado. -¿qué vamos a hacer con nuestras vidas Romina? Ya lo nuestro no es lo mismo, lo hicimos concientes, -yo te quiero, vos sos el mismo de siempre, Analía no se quedó con nada tuyo que te convierta en otro hombre, yo no perdí nada, me dejé llevar primero por el despecho por como vos desnudabas con la vista a Analía, le sostuve la mirada a Luis, al principio para que vos lo notaras, vos ni bola, hasta que quizás por el alcohol que tomé, me turbó, él aprovechó y al “franeleo” con los ojos le agregó ...
... caricias por debajo de la mesa, entre las piernas, hasta bien arriba, mientras a vos se te caía la baba por la esposa y ni te diste cuenta de lo que me estaba haciendo. Me calentó y la excitación más una pizca de ganas de escarmentarte hizo que aceptara el juego de cartas, que era evidente, no tenía retorno, vos también entraste, entonces me abandoné casi sin pensarlo, sin medir lo que se venía, pero sigo siendo tu Romina de toda la vida, y te necesito, no puedo ni imaginarme sin vos, - -¿por qué, Julio, no me paraste en seco cuando nos dimos cuenta como venía la mano, y yo, porque agarré para el lado de los tomates con mi resentimiento?, - Detuve el auto. Ella me miró sin disimular la ansiedad que la atenazaba. Le di un beso, primero tímido en la boca. Las lágrimas bañaron su sonrisa. Nos abrazamos con fuerza y el beso prolongado que siguió dejó en claro que lo sucedido no era más que un sinceramiento. “Los dos estábamos necesitando la gran explosión de un encuentro furtivo o no, pero indecoroso e intenso. La emoción de estrenar” -perdoname Julio, - -nada de perdonar, te agradezco Romina, estuvo bueno volver, por unas horas, a jugar a los solteros. Y se dio por tu osadía y determinación- En casa hicimos el amor tan intensamente como cuando volvía de algunos de los largos viajes que hacía por trabajo. Ahora trabajo en otra empresa y quizás ingrese en otra. Pasaron más de diez años, desde esa noche loca que no debió acontecer. Con el correr del almanaque, tuvimos otras, no pocas, ...