Dulce y amarga amistad (13 y último)
Fecha: 28/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Historia de dos amigos: Jesús Alejando y Álvaro Me levanté muy tarde y porque mamá vino a despertarme, había dormido poco, no me sentía con ganas de ver a nadie, solo deseaba cerrar los ojos y olvidarme del mundo y lo que pasaba fuera de mi habitación. -Prepárate, recuerda que hoy comemos con los tíos y no quiero llegar tarde. -Se sentó en el borde de la cama y me revolvió el cabello, la miraba sin responderla, y por una vez, se preocupó por mi al ver mi estado de depresión extrema. -¿Estas mal cariño? Si quieres llamo a los tíos para disculparnos y nos quedamos en casa. -Era muy extraño que renunciara a la comida por mi, habría más gente y a ella esas comidas y cenas con mi tía y sus amigas le encantaban para relacionarse. Claro que ella realmente no era mala, solo egoísta. -No es nada mamá, he dormido poco pensando en mañana, será mi primer día y estoy nervioso, prefiero quedarme en la cama, vosotros podéis ir sin mi. -¡Ay! hijito, ya no me acordaba de que mañana comienzas tus clases, ya eres un hombrecito y no me doy cuenta, pero fuérzate a levantarte, no estés todo el día en la cama. Sentí arrancar su coche y seguí postrado en la cama, ¿levantarme para qué? Quise desviar mis pensamientos y pensar en el día que me esperaba mañana, me había quedado adormilado y el móvil comenzó a sonar, lo quise coger, con tan mala fortuna que se me escapó de la mano. -¡Mierda! ¡mierda! ¿Dónde te has metido máquina infernal? -Revolví entre las sábanas, había ido a parar debajo de la cama, ...
... lo más lejos y de difícil acceso donde que podía llegar, justamente al centro, me escurrí reptando en el piso para alcanzarlo y dejó de sonar. -¡Maldito trasto, ya te voy a dar yo a ti! -Me estaba volviendo loco hablando con el puñetero teléfono, la pantalla se había apagado y recuperé la entrada. Lo suponía y al brillar me lo confirmo, Álvaro. ¡Al fin me llamaba! Volvió a sonar y deslicé el dedo por la pantalla para escuchar su voz. -¡Jesús! Buenos días. -¿Álvaro? -No, tu hada madrina, ¿no lo lees en la pantalla? -Es que no te esperaba, bueno sí. Estoy un poco dormido y en la cama todavía. -Son las once, debemos hablar, tengo que conversar contigo. -Su voz no sonaba amistosa, ¿pero qué esperaba? -Un ¡hola cariñito! ya he llegado y lo primero que hago es preocuparme por ti mi príncipe azul.- -Puedes venir a mi casa, ¿o voy yo a la tuya? -No quería que viniera y me encontrara como estaba, era capaz de llegar en un minuto. -Mis padres no están y necesito ducharme, o lavarme los dientes, o vestirme, no se, algo. Me preparo y voy lo más rápido que pueda. -Ahora que nos íbamos a encontrar lo que necesitaba era tiempo para tranquilizarme. -Estas nervioso, no vayas a romperte la cabeza al bajar las escaleras. Entonces te espero, aunque sería mejor que yo fuera a tu casa, tardaríamos menos. -No, no lo hagas, enseguida estoy ahí. -Y corté la comunicación para correr aturdido de un lado a otro, me cepillé los dientes y seguido me metí en la ducha, el sol entraba por la ventana y tenía ...