Dulce y amarga amistad (13 y último)
Fecha: 28/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... y ahora era de pie, pero no dejaba de besarme, menos de lo que quisiéramos y necesitábamos. -Vamos a casa, hace mucho calor y tomaremos un refresco. -Para mi un vaso de leche, aún no he desayunado. -Entramos por la puerta de la cocina agarrados de la mano, me sirvió un vaso de leche gigante y para él agua del grifo, ya no hablábamos solo nos mirábamos mientras bebíamos lentamente, y nuestras miradas lo decían todo. -Ven, vamos. -Cuando los vasos estuvieron vacíos volvió a cogerme la mano y me arrastró por la casa tirando de ella, su mamá estaba recogiendo unas partituras de música y metiéndolas en una carpeta. -¡Jesús, cariño! No te había sentido llegar. -Venía hacía nosotros y quise desasirme de la mano de Álvaro pero me sujetó más fuerte, su mamá me abrazó y seguro que se fijó como nos agarrábamos las manos. -Los padres de Jesús no están, ¿puede quedarse a comer con nosotros? -Iba a ocuparme de eso ahora, ordenaré que pongan otro plato. -No quiero molestar. -Su madre se había encaminado hacía la puerta y se volvió. -Tú nunca molestas. -Otra vez reanudaba su camino y Álvaro no la dejó. -No he terminado de hablar mamá. -Nos miraba y creo que con picardía y mucho amor. -Nos queremos, Jesús y yo quiero decir. -Mi amor se había puesto rojo, su mamá sonrió como si fuera una evidencia, y en realidad si lo era aunque nosotros no nos diéramos cuenta. -Se os nota cariño. -Bajo las vista hacia nuestra manos enlazadas y luego abrió los brazos. Álvaro me llevó para quedar abrazados a ...
... ella. -Me alegro mucho mis niños, por los dos, y ya era hora. -Pero mamá tu sabias que yo… -Dejó que su risa le saliera. -Soy tu mamá, ¿recuerdas? -Y entonces apareció Natalia y su padre. Deshicimos el abrazo pero su madre nos seguía cogiendo por la cintura en medio de los dos. -¿Qué sucede, por qué estáis así? -A ti no te importa Natalia, nos habéis interrumpido. -Álvaro parecía seriamente molesto con su hermanita. -No importa Álvaro, ya hemos hablado lo suficiente por ahora, creo que es mejor que salgáis a dar un paseo hasta la hora de la comida, os sentará bien. -Yo también voy con ellos. -Natalia me cogió la mano esperando mi decisión y que la apoyará. -Natalia, deja a los chicos, además tu y yo tenemos que hablar, ahora marcharos de una vez. -Su mamá nos espantaba y el padre callado esperaría a lo que su esposa le contara lo que sucedía cuando traspasaramos la puerta. Paseamos a pie hasta llegar a la playa aún con bañistas que aprovechaban el buen día y las altas temperaturas, cogidos de la mano, sintiendo como ahora me la apretaba para llamarme la atención hacia algún punto o lo que quisieras señalarme. Me sentía en el cielo estando a su lado, pudiéndole abrazar la cintura sin miedos ni complejos, sin que algo o alguien lo impidiera, pudiendo anunciar al mundo que nos queríamos, sin esconderlo de las miradas ajenas. Él se compró un helado en un puesto de la playa, y sentados en el pretil del muelle, entre sus piernas, me sujetaba la cintura con mi espalda apoyada en su ...