Mi amigo Marcos (o La paja del urogallo)
Fecha: 30/11/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... al máximo placer, inmediatamente me detenía durante unos minutos para bajar el calentón. Y luego volvíamos a empezar… En un momento álgido de excitación, notándonos ambos completamente empalmados, dieron las siete y media. Pararon la música y las luces se encendieron. - ¡Hemos cerrado! - gritó una voz -. ¡Id saliendo, por favor! - y nos echaron. Como aún no tenía mi piso en condiciones y no quería que mi primera vez con él fuese de cualquier manera y sin "glamour" decidimos volver a casa, en lugar de acabar en cualquier antro o pensión cutre haciendo de nuestro primer encuentro un polvo furtivo y triste. - Míralo por el lado positivo - le dije con ironía -, al no haber acabado nos vamoscalientesa casa. No vamos a notar casi el frío… - Bueno - contestó Marcos, mirándome de reojo y con una media sonrisa en la cara que dejaba ver los dos hoyuelos más hermosos de Valencia -, pero quizá cuando llegue a casa me haga unagayola para dormir tranquilo. - Yo me la haré pensando en ti - le susurré al oído. - ¡Y yo! - respondió. Y me besó, hundiendo su lengua en mi boca. Yo respondí abrazándole y él puso sus manos sobre mi culo. - ¡Qué durito! - dijo. - Ahora mismo todo está duro - repliqué, y nos echamos a reír. Pocos minutos después dejaba a Marcos en su casa y ponía rumbo a la mía. No quise coger el autobús porque no vivíamos muy lejos, aunque tenía unos quince minutos de trayecto andando. Pero al poco de comenzar a andar me arrepentí. El frío ahora era mucho más intenso que antes. ...
... Pensé en ponerme los guantes pero se los había quedado él. "Joder, pensé, olvidé pedírselos…". Así que me encogí de hombros y con las manos en los bolsillos de mi abrigo seguí andando en dirección a casa. Estaba descubriendo que eso que se dice de que el momento más frío de la noche es justo antes del amanecer es cierto. El cielo comenzaba a ponerse añil por oriente y yo caminaba deprisa, encorvado y con los puños apretados en los bolsillos vacíos de la parka. Debía pensar en algo que me ayudara a entrar en calor… y entonces empecé a pensar en Marcos. Pensé en sus carnosos labios y en cómo me gustaba comérselos, recordé el sedoso tacto de su piel, su lengua en mi boca, su cuerpo contra el mío… y volví a sentirme excitado. Noté la presión de mi erección creciendo de nuevo entre mis piernas… y entonces se me ocurrió una idea perversa. En lugar de seguir rumbo directo a casa, decidí dar un pequeño rodeo para pasar por una zona de calles estrechas menos transitada. Giré a la izquierda y cuando vi que la calle estaba desierta me quité el chaquetón y lo dejé echado sobre mis hombros. Luego metí los puños vacíos en los bolsillos, cerré botones y cremallera hasta el cuello y me acoplé la braga hasta tapar nariz y orejas. Aparentemente todo estaba igual que antes, pero mis manos ahora estaba libres para actuar… Por debajo de la ropa me bajé la cremallera del pantalón. La idea me había excitado casi tanto como los sensuales besos de Marcos, y mi pene erecto se iba frotando contra mi ropa ...