1. Chantaje a Ana


    Fecha: 01/12/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Después de casi diez años que no tenia noticias de mi amigo de la infancia Carlos, me llamó su mujer, Ana, para decirme que venía a verme por si le podía solucionar un pequeño problema. Dada mi condición de gerente de una empresa de inversiones financieras estaba acostumbrado a este tipo de favores por lo que no le di la menor importancia, incluso se me olvidó el día previsto para la visita. Aquel día, mientras subía la escalera a las dependencias superiores se me fue la mirada detrás de unas impresionantes piernas que asomaban de una minifalda. Eran de una extraordinaria esbeltez, bien formadas y de muslos bronceados y perfectos. Toda una bendición. Como soy especial para las mujeres, no se me pasó por alto aquella hembra, así que subí pensando la suerte que tienen algunos. Media hora después, y ya en mi despacho, mi secretaria me anunció que la Sra. Ana se encontraba esperando por lo que le ordené que la hiciera pasar. Mi sorpresa fue cuando la hermosa mujer que vi en la escalera era la mujer de mi amigo Carlos. Ahora me fijé bien, era alta, esbelta, rubia platino, de ojos verdes claros penetrantes y boca sensual. Era sumamente atractiva. Después de los saludos correspondientes la invité a sentarse no sin antes mirarla de arriba abajo pues llevaba un traje de una sola pieza, por encima de la rodilla que dejaba bien señalados todos sus atributos de mujer. Cuando me dio la espalda se me fue la vista detrás de aquel hermoso culito donde su ajustado traje hacía que se le ...
    ... trasparentara un tanga que le formaban dos hermosos cachetes. De la misma manera, sus senos se mostraban firmes y bien remarcados. Durante la explicación de sus necesidades me contó que había enviudado hacía seis meses, que no tenía familia, por lo que se encontraba sola y tenía un problema económico con mi empresa que espera solucionar para trasladarse a otra ciudad. Yo, en vez de atender a las explicaciones, estaba fijándome en aquellas hermosas piernas cruzadas que dejaban al aire dos hermosos muslos y las carnes de la canal de aquellos preciosos senos que su amplio escote empezaba a mostrar. Yo me debatía entre mis pensamientos, y las divagaciones a las explicaciones de mi bella anfitriona cuando descruzó las piernas dejándome ver sus braguitas. Mi polla empezó a endurecerse. Ella permaneció con las piernas juntas pero su corto vestido se le había subido y mostraba el triángulo de sus braguitas. Era una vista maravillosa. Jaime no parecía muy concentrado. Sus explicaciones eran difusas. Entonces decidir sacar los documentos y mostrárselos para atraer su atención. El se levantó y se sentó en el sofá junto a mí, primero a cierta distancia pero después se fue arrimando. Noté que su pierna estaba pegada a la mía y que estaba más pendiente de mis senos que de los documentos. De tanto tiempo estar sentada el vestido se me había subido y mis muslos estaban al aire al mismo tiempo que mi escote dejaba ver parte de mi sujetador y toda la parte frontal de mis senos. Pensé que con esa ...
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