1. Emilio (Tarde-Noche)


    Fecha: 04/12/2018, Categorías: Gays Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... se levantó y buscó en la mochila su cepillo de dientes y la crema dental. - ¡No, abuelo! prefiero quedarme... ¡Si no os importa, claro! - ¡No, hijo!, ¡que nos va a importar! Luego, salió al patio a coger la toalla que había dejado tendida y entró en el cuarto de baño. Al apartar la cortina de la ducha vio una esponja para exfoliar completamente nueva junto a la botella del gel de ducha. Y llamó a Marcos - ¡ABUELO!, ¡VEN UN MOMENTO!… Marcos entró en el cuarto de baño... - ¡Es solo un momento!, abuelo. Pero, necesito que me hagas un favor. Échale bastante gel y frótame bien en la espalda ¿vale? Con la esponja en la mano, Marcos se quedó quieto sin saber a que atenerse. Tenía a su nieto completamente desnudo delante de él. - Fuerte ¡eh!, abuelo. Y luego, me pasas la mano a ver que tal ha quedado ¿vale? - ¡Vale, hijo!… Emilio exhibía un cuerpazo tremendo. Se le había pegado un poco el sol, por la mañana, y tenía el culo un poco mas blanco que el resto del cuerpo, pero esa marca aumentaba su atractivo. Por eso, Marcos se puso un poco nervioso; aunque estaba encantado ¡eh! Volcó la botella de gel en la esponja y empezó a restregarle la espalda... Primero los hombros, claro. Le parecía lo mas lógico. Pero, fue bajando, hasta llegar al nacimiento del culo que, ahora, podía mirar con detenimiento, sin levantar sospechas. Y ganas le daban de enjabonarlo, también, pero se contenía... Frotaba con fuerza, como su nieto le había pedido; y restregaba, una y otra vez. Luego, con las manos ...
    ... sobre la piel recorría la espalda, comprobando si el trabajo estaba bien hecho y seguía frotando. Miraba ese cuerpo, que ahora tenía entre sus manos y sentía un gran placer. Emilio, por su parte, se enjabonaba las axilas sin prestarle atención; y, metiéndose las manos entre las piernas se frotaba los huevos... - ¡Oye!, abuelo, estoy pensando que... estoy seguro de que tu lo vas a hacer mucho mejor que yo. ¿Te importaría frotarme todo el cuerpo?... o, ¿te da vergüenza? - ¡Que va!… ¡para nada, hijo! Si tu quieres... Volvieron a oír a Dolores metiéndole prisa para que se vistiera. Pero Marcos siguió enjabonando el pecho de su nieto con la esponja llena de espuma y con las manos sobre su piel comprobaba como iba quedando todo. Disfrutaba del calor que despedía y daba rienda suelta a su deseo de tocarlo abiertamente. Tenía entre sus manos ese maravilloso cuerpo que se le ofrecía de manera tan fortuita. Inspeccionaba los huecos mas recónditos de la anatomía de su nieto y se daba cuenta del placer que sentían los dos ejecutando este pequeño ritual. Estaba descubriendo a su nieto, como un cómplice perfecto para satisfacer el deseo que había despertado en él. De mala gana, empezó a aclararlo; y, poco a poco, tuvo que terminar. El tiempo apremiaba y Dolores no dejaba de vocear desde su habitación. - ¡Bueno!, creo que ya está ¿no? ¿Voy a vestirme? - ¡Claro, abuelo! A las seis y cuarto se despidió de ellos... - Pasadlo bien ¡eh!... y no penséis en mi. No tengáis prisa en volver, tata. ...
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