1. La mujer del disidente (06) El reconocimiento médico


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Voyerismo Dominación Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... de su higiene personal y de que tendría que ir a la peluquería, o algo así, pero que ya lo tratarían más adelante. Aún dolorida el médico la mandó incorporarse, con lo que sentó sobre el borde de la camilla, justo enfrente del otro preso. En ese momento, el médico le mandó abrir la boca y le introdujo el dedo enguantado en la boca, con la excusa de mirarle la garganta. Ella casi vomita, pues el doctor no demostró delicadeza alguna, aparte de que ese dedo era el que había introducido tanto en el ano del chico como en la vagina de Amalia. El tacto en su lengua de los restos de caca del chico, así como de sus jugos vaginales le provocaron mucho asco, pero a pesar de las arcadas consiguió no vomitar. Cuando el doctor terminó, Amalia hizo amago de subirse el tanga que tenía a mitad de sus muslos, pero el médico no se lo permitió, al contrario, con fuerza tiró de él y se lo sacó hasta las rodillas. -No te vistas todavía, nos serás útil así -le dijo, tras lo que se dirigió a una cajonera en la parte trasera de la sala-. Cuando volvió traía un pequeño frasco que le entregó al otro preso. -Necesitamos una muestra de esperma, para asegurarnos de lo de las drogas -le dijo mientras le entregaba el frasco-. El chico estaba muy nervioso, sentado desnudo sobre la camilla y con su pene erecto, pero ruborizado y con la mirada hacia abajo. -Has tenido suerte que tenemos aquí a Amalia, desnuda frente a ti para facilitarte la labor, que no queremos estar hasta mañana -le dijo separando las ...
    ... piernas de Amalia, para que quedara aún más expuesta-. El tanga de Amalia se descolgó de una de las piernas al abrirlas el médico, y quedó colgando del otro tobillo. El chico resignado empezó a masturbarse, pero no levantaba la mirada hasta que los guardias le ordenaron mirar a la mujer. El chico tímidamente empezó a fijarse en la figura desnuda de Amalia e iba alternando su mirada entre el coño y las tetas. En menos de un minuto había eyaculado, dejando involuntariamente saltar algún chorro de esperma y depositando el resto de semen en el bote. -Bien, tú has terminado -le dijeron-. Vístete que nos vamos. -En cuanto a ti, Amalia, aun te queda una última prueba. El doctor se acercó de nuevo a uno de los cajones del fondo y sacó un bote para recoger muestras de orina, tras lo que le pidió a Amalia que le facilitara una muestra. Ella preguntó dónde podía miccionar, pero como se temía le indicaron que lo hiciera allí mismo. Mientras el otro recluso se vestía, Amalia se incorporó y de cuclillas se colocó el bote bajo su vagina. Intentaba orinar, pero con los nervios no le salía nada. Al chico le dio tiempo a vestirse y uno de los guardias se lo llevó de la sala, pero ella todavía no había echado una sola gota. El doctor y el otro guardia se sentaron en la camilla frente a ella, esperando y observando. Se la veía a disgusto, en una postura incómoda, con el vestido arremolinado entre sus manos esposadas, intentando sujetar el bote para la orina. Por fin al cabo de unos instantes empezó a ...
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