1. En manos de mi tío


    Fecha: 16/12/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Ellyon, Fuente: CuentoRelatos

    No sé cómo podía haber llegado a aquella situación. Todo empezó hace 2 meses cuando Carlos, mi novio llegó un día muy preocupado. Había estado apostando y como siempre perdiendo y ahora debía a un mafioso casi 200 mil euros. Tenía 6 meses para pagar la suma completa pero a la semana debería haber abonado por lo menos 10 mil. Buscamos todo tipo de soluciones pero cuando llegó el día solo habíamos conseguido 3500 euros. Por la tarde me llamaron del hospital, a Carlos le habían dado una paliza. La versión oficial era que un grupo de adolescentes tipo skins le habían pegado por defender Carlos a unos pobres vagabundos. Yo no sabía que hacer hasta que una conocida mía me ofreció la solución. Me dijo que cuando ella necesitaba dinero acudía a una sala de citas donde ofrecía su cuerpo por una muy buena cantidad de dinero. Carlos y yo lo estuvimos hablando y al final decidimos que esa era la única salida. Por las tardes que era cuando yo podía trabajar, para mantener las apariencias en mi casa (mi familia se moriría si se enterase en qué ocupaba las tardes su querida Marieta) y cabe decir que desde el primer día tuve mucho éxito, y siempre tenía 6 o 7 clientes. No era de extrañar porque realmente tengo muy buen cuerpo a mis 21 años, y soy bastante guapa. Mido 1’68cm, mi melena es larga y rubia con el pelo muy sedoso. Mis ojos son verdes, rasgados y mi boca sensual, de las que con solo verlas te entran ganas de darle un bocado. Tengo la piel muy clara, abundantes pechos, uso una 100 ...
    ... de sujetador pero a la vez muy firmes y redondos y un culito prieto y respingón, vamos que los hombres se vuelven locos por mí. El primer día lo pasé fatal, aquellos tipos sudorosos y gordos que se me ponían encima e iban siempre a lo suyo, aunque con el tiempo me fui acostumbrando y había veces que hasta disfrutaba, pero no se lo digáis a nadie. Me pagaban bien y en mes y medio trabajando habíamos podido reunir casi 40 mil euros entre lo mío y trabajos que le iban surgiendo a Carlos. Hasta que llegó ese día. La tarde había empezado como siempre y ya había tenido a mi primer cliente, un muchacho joven que venía a verme todas las semanas porque era muy tímido y que tenía problemas para establecer relaciones con el sexo opuesto. El problema lo iba a tener con mi 2º cliente pero eso yo aún no lo sabía. Salí al salón donde nos poníamos las chicas para que los clientes nos pudiesen ver y así elegirnos, cuando de repente me quedé helada al verlo. Era un hombre de casi 60 años, delgado, muy fuerte, con el pelo cano, bigote y muy bien vestido, era inconfundible: mi tío Eduardo. No me lo podía creer. Intenté pasar desapercibida entre las demás chicas pero al ver la reacción de su cara me di cuenta de que ya era tarde. Entonces la madame me llamó. Mi tío me había elegido. Se pasaron mil cosas por mi cabeza, ¿qué le iba a decir, ¿cómo le iba a explicar mi estancia allí? Cuando me acerqué empecé a hablar: “Tío…”. Él puso un dedo sobre mis labios y me hizo callar. Me pasó la mano por el ...
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