En manos de mi tío
Fecha: 16/12/2018,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Ellyon, Fuente: CuentoRelatos
... hombro y entonces me sentí segura, de algún modo pensaba que mi tío seguramente sabía porque estaba yo allí, me comprendía y venía a ayudarme, ingenua de mí. Mientras atravesábamos el largo pasillo que conducía a mi habitación su mano se fue deslizando lenta y suavemente por mi espalda hasta llegar a mi culo, el cual empezó a acariciarme y apretarme, bajó más su mano hasta llegar a mi raja y allí empezó a rozármela, lo hacía delicadamente, hasta que de pronto empezó a meter uno de sus dedos en mi vagina. Llegamos a la habitación y entonces sacó su mano de donde la tenía. Al cerrar la puerta comencé a hablar. "Tío no es lo que parece, bueno sí pero tiene su explicación. Carlos se ha metido en un lio y necesita mucho dinero. No sabíamos que hacer y solo quedaba esto. Por favor no se lo digas a mis padres ni a nadie, va a ser solo un tiempo, hasta que Carlos pueda pagar". Mi tío puso una cara muy seria: "!Ay Marietita, no te conviene andar con ese muchacho, no es bueno para ti y tú te has puesto tan linda y has crecido tanto!" -me dijo mientras se acercaba y me pellizcaba uno de los pezones y me estrujaba el otro pecho. "¡Tío! ¿pero qué haces?" -le pregunté enojada. El me respondió tranquilamente: “todo en esta vida tiene un precio Marieta y si no quieres que tus padres se enteren de lo puta que es su hija tú, tendrás que pagar”. “¿Cómo?” -pregunté airada. "Pues lo que has oído, así que ya sabes, tú eliges" -dijo mientras se quitaba la chaqueta y se acomodaba en uno de los ...
... sillones bajándose la bragueta del pantalón. Me puse enfrente de él arrodillándome, cogí su pene, el cual para su edad era bastante grande y fui introduciéndomelo en la boca mientras las lágrimas empezaron a bajar por mis mejillas. “¡No llores coño, que me mojas los huevos!” -gritó mientras dejaba escapar los primeros suspiros. Su pene se iba haciendo cada vez más grande y a duras penas podía engullirlo entero. Eduardo me cogió la cabeza y empezó a movérmela de arriba abajo, ¡me estaba follando la boca! así pasaron varios minutos. De pronto se sacó la polla de mi boca e hizo que me levantase. “¡Túmbate boca arriba en la cama! -me ordenó- ahora verás lo que es disfrutar”. Me tendí sin rechistar, había dejado de llorar, las lágrimas no iban a servirme de nada. Eduardo se desnudó por completo y se tumbó de lado, empezó a besarme. Iba bajando sus labios por mi cuello hasta llegar a mis tetas. Las acarició, de pronto se metió una en la boca y comenzó a chuparla, ¡ay Dios!, no quería, pero mi cuerpo empezaba a reaccionar y los pezones a ponérseme duros. Los lamía y los mordisqueaba, siguió pasando su lengua por todo mi cuerpo, hasta que llegó al coño. Allí paró un momento y me preguntó: “¿estás preparada?”. Yo no respondí, quería mantener mi dignidad. Mi tío sonrió y empezó a besar y lamer mis partes. Abrió los labios mayores con los dedos de su mano y pasó a los menores. Los mordía suavemente y tiraba de ellos, los chupaba. Sin parar pasó a mi clítoris que por aquel entonces estaba ...