(5) Reflexiones sin bragas
Fecha: 17/12/2018,
Categorías:
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Hetero
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
... hombro. Ainhoa la siguió hasta la mesa de los dos caballeros-. Hola, soy Ana y ella es Ainhoa. -¿Qué tal? -Encantados de conoceros. Yo soy Lolo y él es mi hermano Santi. -Muchas gracias por el gesto –lo dijo Ainhoa de corazón. -No es nada. Os merecéis eso y más –aseguró Lolo-. Enseguida reconocemos la clase y la belleza, y lo valoramos mucho. -¿Os vais ya? –se preocupó Santi-. Lolo y yo tenemos un yate atracado en el puerto. Está cerca. Podemos ir los cuatro y disfrutar de la noche. -Me parece genial. ¿Qué te parece, Ani? -Que ya tardamos –soltó Ana una dulce risita. -Nosotros hemos acabado el postre hará 10 minutos –aclaró Santi-. ¿Pagamos y nos vamos? -Parece que los cuatro estamos de acuerdo –se alegró Ainhoa. -Pues venga. Lolo pagó su cena y la de las chicas, y se encaminaron al yate. Santi le pasó el brazo por los hombros de Ana y fue bajando hasta cogerla del culo. Ana rio complacida. Lolo hizo lo propio con Ainhoa. -Oléis muy bien –lo notó Santi con excitación. -Nosotras lo hacemos todo muy bien –rio Ainhoa. -¿Incluso el sexo? –se atrevió Lolo. -En eso no me gana nadie –sacó Ana la lengua y le pegó un lametón en la cara de Santi. Hubo risas. -¿Qué yate es? –se impacientaba Ainhoa. -Ese de allí. -Wow, qué lujazo –se fijó Ainhoa-. Es para mojar las bragas. -Yo ya las llevo mojadas –rio Ana. -No te creo. Mientes –jugó Santi. -Dame la mano –se la metió bajo su minifalda-. Palpa. -Hey, es verdad. -Oye, cabrón, ¿qué haces? -Meter la mano. ¿No te gusta? -Mmmmm… -Ten ...
... cuidado, Santi, que Ani es muy fácil de correr –rio Ainhoa. -Santi, saca el dedito. -¿Y si no quiero? -MMMMM… Santi…. Ohhhh… -¿Qué te hace, guarra? –se divertía Ainhoa. -¿Tú qué crees? El mete saca manual uuuuuy… para que me corro aquí mismo… Santi, joder… mmmmm… puta… ohhhhh… Santi fue bueno y sacó el dedo y a renglón seguido la mano. Ese mismo dedo se lo chupó con gusto. -Mmmmm, sabe a frambuesa –lo saboreó Santi con gusto. Más risas. El yate resplandecía con el reflejo de las luces en el mar. -Uuuuh –aulló Ainhoa mientras subía a bordo. -Por aquí –bajaron por unas escaleras hasta la zona de camarotes. -Puta hermosa –palmeó Lolo el culo de Ainhoa. Ella rio. Ana se iba quitando las bragas a medida que andaba. -Wow, me encantan tus bragas –se fijó Santi. -Compradas en Beverly Hills. Mil doscientos dólares. A eso que cruzaron por delante de una sala donde discutían un hombre con otro asiático. Este se quedó prendado de Ana al verla pasar. -¿Qué pasa ahí? –se intrigó Ainhoa. -Es mi padre. Asuntos de negocios. Los chinos siempre dan por culo –aseguró Lolo. Llegaron a un salón con las paredes acristaladas y lujo a donde pusieras la mirada. -Hey, me encanta –comprobó Ainhoa una mesa de cristal de bohemia. -¿Hay champán? –exigió Ana. -Claro. Podemos pedirla. -Y fresas con nata. -Hecho. -Y un collar de perlas. -Lo que quieras, Ana. -Yo prefiero una pulsera de oro –siguió Ainhoa con las exigencias. -Tendréis todo eso y más, pero queremos una compensación –sonrió Lolo con intención. Las ...