1. Mi hermosa tía


    Fecha: 20/12/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ese instante, justamente cuando pasé una de mis manos por sobre su culo, sentí su tanga, y una onda caliente y sexual recorrió por entero mi cuerpo, tenía que sacarle ya su pequeño pedazo de tela para dejarla completamente desnuda, pues las ganas que tenía de lamerle por primera vez su coñito me ponían frenético. Lentamente y con una ternura por demás estúpida, me puse en cuclillas, quedando mi rostro de frente a su gloria; no miento si digo que el aroma que desprendía tan apetecible parte provocó en mi que el libido se me fuera a niveles inimaginables, parecía para ese momento un toro de monta. Tomé cuidadosamente los costados de su pequeña prenda y comencé a bajarlos sutilmente, paso a paso, haciendo del momento algo sublime, algo que recordáramos ambos, pues en definitiva era la primera vez que le vería, como espectador de primera fila, su conchita peluda; y la sorpresa de la noche fue que sólo una fila de vello se asomó, un mechón, pero a pesar de que había imaginado algo animal, nada se me hace más caliente que un coño depilado, así que era genial, más que genial, lo que mis ojos alcanzaban a percibir, ¡que sensual mujer!, pensé. Como poseído, mientras me lancé a besar su vientre, mis manos recorrieron sus piernas hasta alcanzar, una por delante y la otra por la retaguardia, su raja, y me sorprendí al percatarme de que estaba muy húmeda. Obviamente los suspiros por parte de ambos no se hicieron esperar, ella al sentir las manos de su sobrino favorito acariciar tan ...
    ... íntima parte, y yo, por mi parte, al tocar por primera vez su delicioso bizcocho. Sería, por la postura en la que me encontraba, bastante incómodo tratar de lamer, así que me levanté lentamente, recorriendo con mis labios cada palmo de su cuerpo y me detuve justamente entre sus pechos, mis labios húmedos e incansables, recorrían aquella piel tibia y lozana con verdadero deleite, chupando con ricura, los amasé y saboreé como nunca, ella gemía con tan increíbles sensaciones. Continué subiendo para detenerme ahora en sus labios, mismos que disfruté pasivamente, pues fue ella quien de momento tomó la iniciativa, pero sólo por unos segundos, porque se detuvo de forma inmediata, se echó unos pasos atrás, se quedó quieta, con las manos cruzadas a su espalda cual colegiala regañada, suplicante me miró a los ojos por un pequeño lapso de tiempo, y acto seguido bajó la misma, posándola sobre mi miembro, que al momento se encontraba aún firme y aprisionado; volvió a mirarme a los ojos sugestivamente, y supe lo que deseaba, y yo, con el deseo ya entre las piernas, sonreí en señal de aprobación. Y en efecto, me pedía a gritos mudos que la dejara ver mi hombría; por ello me coloqué directamente en el lugar en donde la luz entraba más y la invité, con un movimiento de mis manos, a liberarla. No lo pensó dos veces y, agachándose frente a mi, de un tiro bajó por completo mi calzoncillo, lo que ocasionó que mi pene brincara hacia ella y se quedará sorprendida, y como lo esperaba, exclamó que era ...
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