1. Mi hermosa tía


    Fecha: 20/12/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dispuesta al sacrificio, pero anhelante, de gozar todo lo que pudiera con mi enardecido tolete. Esa sería la primera vez que la penetraría, lo había escogido de esa forma porque en alguna ocasión, cosa que le confesé en ese instante, cuando chamaco, dormimos juntos en su cama a falta de lugar, y me había despertado a media noche con la verga parada y la había visto en esa posición a mi lado, claro, con ropa, como ofreciéndome el placer divino, y me imaginé esa vez que me la cogía de esa forma. Así que, con mis manos, le abrí las nalgas acomodando mi tranca entre ellas, y con la punta de mi miembro recorrí toda su rajada, del clítoris al ano, una, dos, tres veces, ella gemía desesperada, pedía ser penetrada, hasta que finalmente la apunte hacia la vagina y poco a poco la fui introduciendo, disfrutando ese maravilloso deslizamiento del pene en las paredes vaginales, sensaciones indescriptibles recorrieron mi cuerpo, me estaba cogiendo ya a mi amada y deseada tía Anel. En verdad se los confieso, es fenomenal coger, pero es de poca madre (1000 veces más que fenomenal) el hacerlo con la persona que durante toda tu vida deseaste poseer. Cuando la tuve completamente ensartada, la sujeté por la cadera y comencé a moverme frenético, metiendo y sacando mi tolete. Mis movimientos, unos trepidatorios y otros circulares, aumentaron, una y otra vez arremetía contra ella, mientras mi tía, lujuriosa como nunca antes la había visto, gemía y casi gritaba de placer, pues es bien sabido que las ...
    ... sensaciones en una penetración son mucho mayores si se tienen las piernas juntas, apretando; le masajeaba con la mano libre ambas tetas, las estrujaba a placer, y con la otra le acariciaba la nuca; y así, después de diez minutos, pude sentir cómo su raja me apretaba con mayor intensidad y su abdomen se contraía, señal inequívoca de que le había llegado un orgasmo, lo que quedó confirmado cuando soltó un grito tal, que pensé que todo se iba a la mierda, pues era seguro que con tan estruendosos gemidos todos se despertarían, pero creo que no fue así; y al cabo de 5 minutos más le vino otro, lo que aproveché para terminar también yo, corriéndonos casi a un mismo tiempo; la vagina de ella se vio inundada por mi leche mezclándose con las mieles de su orgasmo; al sentir mi venida me apoderé más de los abundantes pechos y los apreté con todo, soltando un gemido de absoluto placer. Nuestros cuerpos quedaron inertes, relajados después de liberar la tensión guardada de una semana, y en mi caso, más tiempo. Nos quedamos en esa misma postura hasta que mi pene, en reposo ya, salió por sí sólo de su guarida. Nos volteamos, quedando de frente el uno del otro, y nos dimos un suave beso mientras nos abrazábamos. Cuando me separé de ella, cerré los ojos por un momento, quería almacenar en mi memoria esos momentos vividos, y muy alejada de la realidad, me imagino que ella creyó que me quedaría dormido, pues me abrazó de nuevo, pero ahora con más deseo, y al tiempo que me daba un beso lleno de ...
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