1. Mi hermosa tía


    Fecha: 20/12/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... este tiempo se había sometido a un régimen para bajar de peso, y lo había estado consiguiendo, así que lo que más me intrigaba de su visita era saber cómo se vería con otra figura, digamos, más buena aún (imagínense a una mujer de 43 años con un cuerpo atlético). Pero hubo algo que me resultó aún más satisfactorio y lo cual me puso a mil, verán por qué. Por una plática que mi madre y mi abuela sostuvieron a un día de su llegada, plática la cual alcancé a escuchar, pude saber que actualmente ella estaba en proceso de divorcio y que ya no vivía con su marido desde hacía más de 6 meses; y el motivo de mi satisfacción devino al planear su hospedaje, pues ahora que venían, ella, exclusivamente ella, se quedaría a dormir en la casa, y sus hijos en casa de su aún suegra, pues, por un lado, los problemas matrimoniales que tenía hacían imposible que se quedara con sus hijos en la amplia casa de la abuela de ellos, pero, por otro lado, también era imposible que mis primos se quedaran con nosotros, pues el espacio es muy reducido, y bueno, no había más opción, ya que la relación de ella con mi abuelo no era del todo buena desde hacía tiempo y por ello no se quedaría allí, y la verdad es que todo eso me puso muy ... contento. LUNES Cuando llegó no pude evitar asombrarme con su cuerpo, una vez más la veía delgada, el cuerpo de señora casada ordinario lo había dejado atrás, ahora sus caderas, crecidas por lo llenita que había estado y por los embarazos, se veían excelentes, y le hacían ...
    ... ver una cintura que, sin ser del todo estrecha, marcaba muy bien su silueta, eso si, su abdomen notablemente plano, se le veían unas nalgas paradas riquísimas y un par de senos grandes y firmes, como antaño, en verdad se había puesto buenísima mi tía, además, su rostro siempre había sido bello, pero ahora cambiaba un poco al haberse cortado el cabello muy corto y eso me encantó, pues siempre me han gustado las mujeres con el cabello así. Durante todo el día no dejé de ver ni un instante sus nalgas y sus tetas (de hecho en toda su estadía con nosotros estuve así), y recordaba la imagen de mi niñez, consiguiendo erecciones a cada momento. El día transcurrió normalmente, entre recuerdos, pláticas y actividades cotidianas, y llegada la hora de dormir, discutimos sobre cómo nos repartiríamos para ello, así que propuse, tal vez por un plan previamente trazado, que ella se podía quedar en mi habitación y yo dormiría en el cuarto de estudio, con algunas cobijas y una almohada. Sinceramente pensé, mientras se discutía el asunto, que al dormir ella en mi cama, cuando las vacaciones terminaran y ella se regresara a su ciudad, yo disfrutaría oliendo su perfume en mis sábanas y tal vez me haría una paja sabiendo que allí había dormido una diosa. Aceptaron la propuesta. MARTES Al siguiente día fuimos todos, en familia, a pasear, ella vestía una blusa muy ajustada en color blanco, y debajo llevaba un sujetador de media copa que le hacía ver unas chiches fenomenales, y debajo de unos jeans ...
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