AHORA SON DOS V
Fecha: 22/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues
"Toño cógeme por el culito, me fascina tener la verga metida en mi colita", entusiasmado saco su macana de mi sexo y en la misma pose la encamino al diminuto orificio que todos los hombres anhelan penetrar, el celestial culito. Me desperté con la sensación extraña, intente recordar que había estado soñando, para saber a qué achacarle ese estado de ánimo, pero no recordaba nada, aunque sabía que había soñado algo, mire el despertador y eran las ocho y media, no me iba a dar tiempo de llegar, así que me metí en la ducha a toda prisa, y tome el primer vestido del armario, era un vestido de tirantes, abotonado, verde nácar, me lo puse sin apenas secarme, con la piel húmeda ni siquiera ropa interior, y unas sandalias de tiras entrecruzadas y anudadas a media pierna, tan solo olor a jabón y unas pequeñas gotas de agua de jazmín eran mi atuendo. Sin siquiera desayunar, me dirigí a tomar el metro, debía llegar lo antes posible. Cuando baje por las escaleras de la entrada del metro, me percaté de que llevaba el vestido abrochado hasta mi entrepierna, pero decidí que ya me lo abrocharía. Estaba llegando el vagón principal al yo llegar, así que tuve suerte de no tener que esperar, aunque habíamos muchas personas en la misma estación y estaba bastante abarrotado, encontré un buen sitio sin demasiados codos ni empujones, esa mañana fue un tanto especial, al llegar a la siguiente estación, ya estábamos muy abarrotados pero seguían entrando pasajeros, me gire para hacer algo de sitio y ...
... me fije no lo podía creer Toño, vestido de chaqueta de tono azul medio, camisa blanca, y una corbata gris azulada, me acerque lo más que puede y e pregunte que a donde iba a lo que contesto que se había regresado a cambiar porque tenía una presentación en la normal, aunque su mirada se había percatado que no llevaba sujetador, y de que llevaba el vestido tentadoramente desabrochado. Otra parada, otra estación, otra bandada de personas entrando a trompicones y empujando, cuando empujado por la gente él se colocó delante de mí, extendió los brazos uno a cada lado de mí para protegerme de empujones, nos rozamos levemente pero nos separamos instantáneamente, hacía calor, y con tanta gente el aire se volvía denso, y muy cálido, otra estación, más gente, más empujones, Toño y yo, rozándonos cada vez más intensamente, chocándonos cada vez más, él llevaba la chaqueta desabrochada, el calor hacia el momento extraño, al parar volvimos a chocar, mis pechos contra su pecho, mis pezones levemente dibujados sobre el vestido tomaban forma cada vez que nos rozábamos, era morboso el hecho de que sus pantalones llamaron mi atención, ya que tomaba su entrepierna proporciones excitantes, se puede decir que estaba empalmado. Él me miro con esa cara de corderillo a ser degollado, como pidiendo perdón por algo que no podía evitar. Su expresión me robo una sonrisa, entre un “no te preocupes, lo entiendo” y un “espérate que como sigas así...” jajaja no sé porque lo hice, pero entre la excitación de ...