1. Mi ahijada Andrea. 1


    Fecha: 23/12/2018, Categorías: Hetero Autor: vicioso69, Fuente: SexoSinTabues

    ... con mi pareja, pues no dejaba de pensar en Andrea y mi imaginación fabulaba con escenas de sexo morbosas y excitantes en las que los protagonistas éramos Andrea y yo. Al día siguiente, mi pareja se levantó para ir a trabajar y yo me quedé en la cama deseando que Andrea me llamara para ponerle crema. La espera se hizo interminable hasta que sobre las diez y media la oí cuando salió de su habitación y entró en el baño. Yo estaba impaciente y el tiempo que estuvo Andrea en el baño se me hizo eterno. Cuando oí abrirse la puerta del baño tuve sensaciones contrapuestas. Por un lado me alegraba, pero también me creaba la duda de si me llamaría como en los días anteriores. Así que para que ella supiera que estaba en la casa fui a la cocina y me serví un vaso de zumo de naranja del frigorífico. Vi de reojo como Andrea pasaba hacia el salón con la toalla en la mano y mis temores se desvanecieron, pues deduje que también me llamaría para ponerle crema. No había pasado ni un minuto cuando la oí decir: Juan, si no estás haciendo nada, ¿puedes venir al salón? Ni que decir tiene que salí disparado al salón donde encontré a Andrea extendiendo la toalla en el sofá vistiendo una camiseta, bajo la que se atisbaba, debido a sus movimientos, sus braguitas, que en esta ocasión eran blancas estampadas con multitud de corazoncitos rojos. Me quedé mirándola mientras ella, de espaldas a mí, se ocupaba en extender la toalla y así inclinada sobre el sofá, las braguitas marcaban las formas de su bonito ...
    ... culo y cuando se inclinaba mucho también de su coñito, que en esa posición y con la tela de la ropa interior pegada a la piel, aparecía entre sus muslos como una tentadora invitación. Una vez extendida la toalla se quitó la camiseta y se echó en el sofá boca abajo y, como las veces anteriores apoyó la mejilla izquierda sobre el sofá y dejó caer el brazo derecho hasta apoyar la mano en el suelo. Me acerqué al sofá y pensé que como el día anterior me había dejado ponerle crema en el culo, ahora no iba a negarse y a la par que cogía las bragas por los bordes para bajárselas le dije: Como siempre se manchan de crema, mejor te las quito. Y comencé a bajarle las braguitas y Andrea, lejos de protestar colaboró moviéndose para facilitar que estas se deslizaran por sus piernas hasta los pies. Las dejé a un lado en el suelo y me volví hasta colocarme frente al culito de Andrea. Yo ya estaba con una enorme erección bajo en bañador, pero al mirarla echada en el sofá, completamente desnuda esperando mis caricias, sentí que mi polla creció con riesgo de reventar. Cogí el bote de crema y puse una buena cantidad repartida por su espalda y por sus piernas y comencé a extenderla con las palmas de mis manos con movimientos especialmente suaves y delicados, sobre todo cuando tocaba su culito. Cuando masajeaba sus glúteos, estos se separaban ligeramente y pensé en aprovechar esta circunstancia. Así que como si fuera algo natural, hacía los masajes de manera que cada vez sus nalgas se abrieran más ...
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