1. Depravadita


    Fecha: 17/10/2017, Categorías: Incesto Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... juró que fui yo la que me hice pichí durante la noche, y que eso lo calentó al punto que se re pajeó y me acabó en las tetas. Esa mañana volvimos a garcharnos, con tanto fuego y tan enloquecidos que de pedo escuchamos que mamá golpeaba la puerta para decirnos que la comida ya estaba servida. Al mes y medio supe que estaba embarazada, y cuando se lo conté a Nicolás, los dos nos abrazamos y nos comimos a besos en el lavadero. Recién esa tarde volvimos a tener sexo, y esa vez yo apoyé las manos en la pileta, me levanté la pollerita y le dije que me la meta en la concha. Nico me dio con todo, mientras me moreteaba las gomas con sus dedos y me besaba la nuca. Volver a sentir su leche en mi interior fue como respirar debajo del agua. No sabía que le diría a mis padres. Para colmo no tenía novio, y conociéndolos, pensarían seriamente en un aborto, o en dar el bebé en adopción. Con el tiempo se me ocurrió decirles que fui violada a la salida de un recital, y que por vergüenza no quise hablarlo con nadie. Eso funcionó, y en especial porque les hice prometer que no investigarían nada. Desde entonces Nico y yo nos cogemos como locos. Una vez le hice un pete a él y a su amigo, el que le cuenta las pelis porno. Justo entré a su cuarto cuando ellos tocaban la guitarra, y de la nada les dije: ¡hola chicos, qué raro que no están viendo una peli chancha… che, y vos le contás todo lo que pasa, y no se pajean mientras las vén?! El pibe enseguida me interrumpe para ponerlo al tanto a su amigo. ...
    ... ¡ey Martina, y vos creés que podés entrar a la pieza de tu hermano en tetas, y con esa tanguita metida en la cola?! La carita de Nico festejó aquello con una sonrisa, y yo entonces cerré la puerta y me puse a gatear hasta llegar a la cama donde estaban sentados. Se las mamé un ratito a cada uno, y solo el pibe acabó en mi boca. Ni bien eso pasó dije con mi mejor voz de atrevida: ¡Nico, a vos te espero en mi pieza, en bombachita como te gusta! Mi hermano no se hizo rogar mucho que digamos. A los minutos ya estaba encima de mí, mordisqueando mis tetas y cogiéndome celoso por lo que le hice a su amigo, bien cebadito, al punto que me lastimó la cola con sus uñas al pellizcarla con intensísima lujuria. ¡quiero que te salga lechita de esas tetas nena, no aguanto más! Quiero que te pongas gordita pendeja, eso me calienta mucho! Quiero que te dejes la misma bombacha por días, y te mees en la camita de calentona nomás, guachita!, me decía percutiendo con su pija intransigente en el tope de mi vagina. Ni bien me la rebalsó con su semen, quedamos de acuerdo en que no podíamos exponernos. Nunca supe si le contó algo a su amigo, pero no creo que él se haya quedado con la espina. Nico y yo cogimos en la cama de los papis, en el baño, arriba de la mesa la tarde que internaron al abuelo, en su cama repleta de mis bombachitas usadas, en el lavadero y en el patio. Claro que la que toma la iniciativa soy yo para protegerlo, por si hay alguien en la casa, y creo que me calienta más aún que sea ...