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Una Increible Aventura
Fecha: 28/12/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... manos mi miembro pero momentos después las chicas se habían deslizado de la roca y se encontraban junto a mi cubriendo la salida al lago. Una de ellas, rubia de unos diecisiete como yo, rompió entonces el silencio diciendo que no les interesaba saber mi razones de haberme atrevido a llegar a nado hasta el área de ellas y todavía haciéndolo totalmente en bolas, que eso era cosa mía pero que ahora debía seguir sus órdenes y entretenerlas por algún tiempo. A cambio de eso me dejarían al cabo de un rato volverme por donde había venido. Cualquier desobediencia sería suficiente para tener allí a las dirigentas en cosa de segundos. La misma rubia habló entonces nuevamente diciéndome que las manos mas que para cubrirme mi sexo las necesitaría para trepar, que me encaramara de inmediato en aquella palmera de doble tronco que crecía a un costado de la gran roca. Sentí un alivio al pensar que treparía de espaldas a las chicas y llegué rápidamente a las hojas superiores, siempre manteniendo el estómago y los genitales alejados de la corteza para evitar rasparme. Una de ellas me dijo riéndose entonces que trepaba mejor que el mismo Tarzán y todavía mucho mas sexi al hacerlo sin taparrabos. De nada me sirvió descender tratando de juntar bien los muslos porque al llegar abajo se me ordenó hacer 15 lagartijas con las piernas bien separadas. Mientras las hacía una de ellas comentó a las otras "es un chico estupendo, mira que sexi como tensa ese cuerpo desnudo enseñando sus anchas espaldas y ...
... ese trasero fuerte y musculoso". Que lástima, oí decir a otra, que no observemos esa misma tensión en su miembro ya que me gustaría verlo enseñándonos una buena erección. Eso no lo conseguirás manteniéndote a la distancia, dijo la primera chica, y antes que me diera cuenta sentí una lengua húmeda besándome por detrás toda la base de mis sacos. A pesar de encontrarme nervioso por mi precaria situación sentí una sensación muy agradable la que se convirtió en verdadero placer al sentir una segunda lengua introducirse entre mis piernas hasta alcanzar mi verga para comenzar de inmediato a succionarla con toda la boca. La primera muchacha no conforme con lamerme los sacos recorría ahora toda la partidura hundiéndola incluso en los territorios mas prohibidos y de mayor placer. Aparentemente las cinco chicas querían participar y viéndolas así todas excitadas y ahora en posiciones tan comprometidas comprendí que ya no darían la voz de alarma y que de mi dependía prolongar esta increíble experiencia, eso sí, recobrándo de paso mi orgullo de macho. Cuando me puse de pie pude ver que tenía la verga erecta como un sable y a pesar que una de ellas ya se había hincado como hipnotizada para comenzar ahí mismo a mamarla la detuve y dirigiéndome a las cinco les indiqué que a pesar que me tenían muy caliente como se veía por el tamaño y tensión de mi miembro, las cosas se harían desde ahora a mi manera, y si yo iba a ser un Adam desnudo quería a las Evas de la misma forma. Momentos después no ...