1. La leche de mi vecino


    Fecha: 28/12/2018, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... porque tanto los míos como los de mis amigos eran poco más que avellanas, y aquellos eran huevazos de avestruz, en su forro con pelos. Y parecía que podía moverlos a voluntad. De vez en cuando, los huevos subían cada uno a derecha e izquierda y volvían a caer. Era muy excitante ver aquellos huevos bamboleándose según yo pajeaba a mi vecino. Le solté la polla, y ahí pude ver bien la magnitud de aquel salchichón tieso, que apuntaba hacia arriba de una forma bastante pronunciada. Ya me explicó mi vecino lo que yo le decía que sabía, que en los huevos había leche, y que la paja acababa cuando la polla echaba la leche. La verdad es que sabía de la leche que sale por la polla, pero no lo había visto nunca en mis amigos. Les oía comentar como dejaban el suelo y la butaca del cine con la leche de sus pollas, pero nunca vi una eyaculación de ellos. Mi vecino me dijo que no me preocupara, que vería la suya, si yo seguía pajeándole. Y así estuve unos diez minutos, cambiándome de mano de vez en cuando, hasta que mi vecino dijo que ya le iba a salir la leche. Y así fue. Como tenía la polla tan subida para arriba, le cayeron los chorros primeros sobre su pecho y su abdomen. Fue bastante abundante aquella corrida, y se me llenó mi mano de semen. Me dijo que me limpiara con papel higiénico mientras él se iba a duchar. En esos 10 minutos que se duchaba le di mil vueltas a mi cabeza lo que acababa de ver. Salió tras la ducha. Esa noche iba a salir…, pero antes, me dijo que lo había hecho muy ...
    ... bien, y que si podía pajearle un poco. Jeje, parece que todavía le quedaban ganas. Tenía la polla hinchada, colorada, no estaba flácida sino morcillona. Se la volví a agarrar y volvió a ponerse tiesa. Estuve otros diez minutos con una mano, con la otra, con las dos manos, hasta que volvió a escupir leche, aunque ya no fueron los surtidores de la primera vez. Se cuidó de que no le cayera leche encima porque estaba recién duchado, y me volví a llenar la mano de semen. Me volví a casa bastante excitado y nervioso. Me olía mi mano, que aunque me hubiese limpiado con pañuelitos de papel higiénico, tenía el olor característico al semen humano. Había visto por primera vez cómo era la leche de hombre: más que leche líquida, era como crema blanca, como yogur (como diría Torrente, jajaja). Esa tarde aprendí mucho. Días después, mi vecino intentaba complacerme si me pillaba en mi habitación, desnudándose con la ventana abierta y la cortina corrida. Y yo me reía y aprobaba. O sea, yo era un voyeur y él era el exhibicionista. Y cuando podíamos, me decía que subiera a su casa y la exhibición era como la primera vez, o sea, se desnudaba y yo le pajeaba. Pero, tras varias veces, en una ocasión que me dijo que subiera a su casa, me enseñó una revista porno de un amigo suyo y la estuvimos mirando. Ahí se veían coños, tetas, pollas…, y nos quedamos mirando un reportaje donde una mujer le hacía una mamada a un hombre y al final se veía como tenía toda la boca llena de semen. Me dijo mi vecino: ...
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