1. Mis dos familias - 05 de 10


    Fecha: 29/12/2018, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... repente averigüe de lo que se trataba. Diego estaba sentado sobre unas cajas con las piernas colgando, con los pantalones del uniforme bajados y a su lado una de las camareras con las tetas fuera de la blusa. Diego se las acariciaba mirando al techo, y de él eran los suspiros cuando la chica que le masturba, ahora si pude ver su verga en su máximo esplendor, bajaba la cabeza para chupársela sorbiendo muy fuerte de la punta. Fue ella la que notó mi presencia, parado como una estatua, sin perder de vista aquella barra de carne, no muy gruesa pero larga, abrazada por los labios y ceñida con una mano, la otra bajo sus huevos sujetándolos. -Creo que tenemos visita. -Diego me vio entonces, me miraba fijamente y me alargó la mano. -Hermanito, ¿has venido a ayudarme?, ven toca estas tetitas tan suaves. -sujetó uno de los pezones y debió hacerle algo de daño, o lo contrario, por el gemido que dio la muchacha. No podía dejar de mirar sus manos resbalando por el largo tronco de carne. -Me parece que al chico le gusta más lo que tengo entre las manos que mis pechos. -se río alegre y desenfadada sin importarle que yo los hubiera sorprendido, pero me moría de vergüenza por lo que había dicho y lo que pudiera pensar Diego, me día la vuelta y salí corriendo. Escuchaba los pasos de Diego detrás de mi llamándome, pero no me detuve hasta que entré al restaurante y unos minutos más tarde entraba él. Solamente estaban Javier y Luz preparándose y apagando las luces y se quedaron sorprendidos al ...
    ... verme a mi primero y seguido a Diego. -¿Qué sucede Telmo? Creía que estabas en tu cuarto. -no fui yo el que le respondí, no hubiera encontrado las palabras para justificarme y fue Diego quien acudió en mi ayuda. -Estábamos haciendo una carrera en la playa y Telmo ha llegado primero, ya nos vamos a descansar. -sin hablar me encaminé a las escaleras y Diego me siguió. Me sentía abochornado y humillado a pesar de reconocer que la chicha no había hablado de mala fe, y también por haberles interrumpido el acto sexual. Entré al aseo rápidamente y me dispuse a lavarme la boca para dormir. Diego se apoyó en el quicio de la puerta observándome y lentamente se me acercó por detrás hasta quedar pegado a mi, pasó los brazos por delante de mi cuerpo abrazando mi pecho. -No tienes que preocuparte hermanito, no ha pasado nada. -apretó ligeramente mi vientre llevándome hacía él y quedando muy unidos, sentía el bulto de su polla sin endurecer sobre mis nalgas y su aliento en mi cogote, no lo esperaba y me besó el cuello para seguido morderme el cuero cabelludo con los labios. -Necesitas que te quieran y me tienes a mi para lo que desees. -no pude evita un hondo suspiro y tiré la cabeza hacia atrás depositándola en su hombro, entonces me besó la oreja y jadeé un poco alto excitado. Necesitaba a alguien que me abrazara y quisiera, Diego tenía razón. Quitó sus manos de mi tripa para llevarlas a la cinturilla de mi pantalón y tiró de ellos cayendo a mis pies, inmediatamente hizo lo mismo con los ...
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