Historia del chip (042): Terapia (Kim 017)
Fecha: 04/01/2019,
Categorías:
Grandes Relatos,
Dominación
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... a por la llave y te la abro de nuevo. Kim aprovechó para quitarse la falda y la blusa, esperando por si los tacones debía de mantenerlos. Cuando volvió Mariona le indicó que debía dejar todo incluyendo el bolso y los tacones. Salvo el móvil por si lo necesitaba. —¿Y las pinzas?— preguntó Kim. —Naturalmente que debes llevarlas contigo. ¡Dónde tendré la cabeza!— contestó Mariona. Kim las extrajo del bolso, junto al móvil y depositó lo demás con cuidado en la caja. Notó el clic que bloqueaba la cerradura y se levantó. Cualquiera que llegase a la casa vería su ropa y su bolso. No lo entendería, imaginó. A la salida ya no le quedaría duda a quién pertenecía. La cajita estaba colocada bastante alejada de la pared, era imposible no fijarse en ella. Mariona le marcó una regla. —Siempre que vengas te desnudas aquí fuera. En el orden establecido de arriba a abajo, tacones lo último. Depositas todo en la cajita, salvo lo imprescindible y te aseguras de que quede bien cerrada. Luego puedes llamar. Si no hay nadie en casa, esperas de pie de cara a la calle. Tranquila, estás bien protegida por los setos, salvo que venga visita. Sobre todo alguno de los amigos de mis hijos. —¿Hijos?— preguntó Kim. La primera noticia que tenía. —¿No te había hablado de ellos? Angelina y Yann. Ella tiene veinte y él dieciocho. Les dije que venías y están dentro. No te asustes, que no muerden— añadió al ver la cara pálida de Kim. —Pero... estoy desnuda— tartamudeó. —Claro. Siempre que estés conmigo será así. ...
... No vamos a cambiar esa tradición. Salvo si salimos a cenar fuera algún día... en cuyo caso espero que me dejes escoger tu vestimenta. Para casa, tienes un par de zapatos. Kim ya se estaba arrepintiendo de haber aceptado la proposición de Mariona. ¡Y tenía un mes por delante! —Me va a resultar muy embarazoso— expresando su disconformidad en el tono neutro exigido. Escondió las pinzas todo lo que pudo dentro de la mano. —Sí, puede que tardes un tiempo en acostumbrarte, pero es necesario para tu educación. Recuerda que Roger se siente muy orgulloso de tus progresos. Y yo también. ¿Alguna cosa más? Mariona sonreía ante la reluctancia de Kim, pero estaba segura que las manos se quedarían a los lados, pasara lo que pasara. —¿Por qué tengo que estar desnuda?— preguntó Kim, arrepentida en cuánto las palabras salieron de su boca. No tenía derecho a cuestionar las acciones de Roger, Lin o Mariona. Sus preferencias o gustos. En cambio, debía siempre analizar y reflejar sus procesos internos. Mariona fue gentil. —Bien, por esta vez, pasaremos por alto tu pregunta. Quería decir cómo te sientes. ¿Alguna incomodidad aparte de la aprehensión por estar desnuda?— le preguntó Mariona quitándole importancia a la ausencia de ropa. Kim siempre debía contestar de manera directa, sin subterfugios y explícitamente. —Los pezones los tengo muy irritados. Deseo que me los acaricien. —Bien. A ver si podemos encontrar una solución. Ahora para adentro sin más dilaciones. En el hall había un pequeño estante ...