1. 12 horas de hace 35 años


    Fecha: 11/01/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Ses Salines para tomar el sol desnudo. Él nunca había estado allí y, tal como me ocurrió a mi, al ver que era una zona gay, buscó un lugar alejado y allí fue donde me encontró. Por lo que dijo, llegó a la playa poco después que yo. Al llegar él, ya me vio tumbado boca abajo como dormido y plantó su toalla un poco más allá de la mía. Pasado un buen rato y viendo que yo no me había movido aún, fue cuando decidió acercarse para avisarme de los peligros del sol sobre la piel blanca. Luego, quedó sorprendido primero y le excitó después, el modo en que quedé pasmado mirando su gran polla. Con un beso nos felicitamos por la casualidad de habernos conocido. Ya había anochecido casi por completo. Faltaba casi una hora para la cena y decidimos ir a ducharnos. Fue cuando recordé que yo solamente llevaba la ropa puesta. Una camiseta y un bañador no eran ropa adecuada para una cena en un hotel de 4 estrellas. José Luis me ofreció un polo, un slip muy pequeño y unos pantalones bermudas que quedaban perfectamente conjuntados con mis náuticas. Problema solucionado. Nos desnudamos en la habitación y cogidos por la cintura y besándonos en los labios pasamos al baño. Él manejaba la grifería y yo estaba detrás de él, abrazándole por detrás el pecho y con mi polla otra vez muy dura entre sus piernas. El agua caía sobre nosotros. Él volteó y nuestros labios volvieron a encontrarse y se fundieron de nuevo en otro de aquellos besos apasionados que ya tan bien conocía y que tanto me gustaban. ...
    ... Nuestras manos tocaban nuestros cuerpos y nos abrazábamos con fuerza. Sexo contra sexo. Boca contra boca.. Piel contra piel. Parecíamos uno y nos retorcíamos los dos para notarnos aún más. Me hizo volver con sus manos y empezó a enjabonarme con sus manos, frotando todo mi cuerpo desde mi cabeza hasta mi erecta polla, que con firmeza sujetó con una mano mientras con la otra acariciaba mis huevos y mi entrepierna. Apoyé mis manos en la pared para poder abrir bien mis piernas y levantar lo más posible mi culo hacia atrás para sentir su caricia. Apoyó su pollón completamente empalmado a mis nalgas rozando mi ano en un vaivén que no cesaba. Yo notaba de nuevo aquella sensación que me volvía loco de gusto. Sentir aquella tremenda polla acariciar mi esfínter y su mano masturbar mi polla era como estar en el cielo. "Introdujo" su polla entre mis piernas y yo la aprisioné de inmediato. Era como si me estuvieran follando de verdad. Me adapté de inmediato a su ritmo apretando fuertemente mis muslos. Él soltó mi polla y con ambas manos me cogió de la cintura. Lo agradecí porque estaba a punto de correrme. Y así estuvimos unos minutos hasta que susurrando en mi oreja me dijo"deja algo para después, que se enfriará la cena".Y sacó lentamente la polla de entre mis piernas. Me giré y le hice ocupar mi posición debajo de la ducha, empezándolo a enjabonar tal y como había hecho él conmigo. Llegar con mis dos manos a acariciar su polla fue de nuevo la ostia. Estaba dura como una piedra. La limpié a ...
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