1. Claudia, del voyeurismo al bisexualismo (Parte I)


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Hetero Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues

    ... Pude escuchar que decía para sí misma que se veía divina, y que luciría mejor que las perras de sus amigas. Miraba una y otra vez, por delante y por detrás, por los lados. Definitivamente era el vestido perfecto. De repente se paró frente al espejo, y miró fijamente sus tetas apretadas en aquel escote brillante. Se acarició por encima de ellas y suspiró. No lograba comprender qué estaba haciendo, y entonces comenzó a quitarse el vestido hasta quedar totalmente desnuda. Mi sueño se había hecho realidad. Estaba parada ahí, imponente, luciendo su hermoso cuerpo expuesto frente al espejo. Ahora podía apreciar mejor lo que sólo veía tras el escote de su leotardo negro. Sus tetas eran enormes, y sus pezones eran bastante grandes, oscuros y marcados, como había visto anteriormente. Tenía un lunar cerca del pezón izquierdo muy coqueto y bien ubicado, y sus pechos se veían suaves y mamables. Su cintura era pequeña y marcaba con mayor ahínco sus enormes tetas. Su cadera era muy grande y sensual, marcaba de maravilla su culo trabajado por las horas en el ballet y el gimnasio. Su vagina estaba depilada y se notaba en cierta parte más oscura, toda ella una muñeca de chocolate dispuesta para comer. Yo la espiaba mientras comenzaba a sentir todo mi coñito caliente, y sin querer llevé mi mano hasta él y lo sentí húmedo. Cuando traté de acomodarme para mirarla bien mi coño rozó contra la alfombra en la que estaba sentada y la sensación me gustó, y me gustó tanto la sensación que seguí ...
    ... rozándome poco a poco, mientras veía a mi diosa contemplándose en el espejo. De repente, escuché que la encargada se acercó y le preguntó si estaba todo bien, a lo que Claudia brincó de nervios y yo junto con ella. Para mi suerte, no me habían visto, y ninguna de las chicas había notado mi ausencia. Claudia respondió que estaba todo en orden y que saldría pronto. La encargada se fue y Claudia seguía mirándose. Yo la veía embobada, mientras ella llevaba sus manos a sus tetas y las sobaba. Sus tetas eran tan grandes que no le cabían en las manos, y tenía que estrujarlas y veía cómo se le desbordaban entre los dedos, eso es un fetiche que hasta hoy en día busco. Claudia estaba tan inmersa tocándose que vi que se comenzaba a sonrojar, y comenzó a apretar sus muslos fuertemente. Apretaba más fuerte su pecho y pasaba la mano de uno hacia el otro, y miré que comenzó a pasar su lengua larga por uno de los pezones, gimoteando un poco. De repente llevó una mano a su coño. Al sacarla, pude ver que salió un líquido viscoso, parecido al gel, de entre sus piernas. Pensé que tal vez algo se había quedado pegado a ella de los vestidos que se había puesto. La inocencia en esa edad es impresionante. Como temiendo su culpa prematuramente, Claudia se asomó con cuidado por la puerta del vestidor, asegurándose que no había nadie viéndola. Volvió a cerrar y miré que comenzó a buscar algo en su bolsa. Se incorporó de nuevo y alcancé a ver que en sus manos tenía lo que parecía ser un labial rojo. Me imaginé ...
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