1. Claudia, del voyeurismo al bisexualismo (Parte I)


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Hetero Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues

    ... que quería maquillarse para verse bonita cuando volviera a probarse el vestido, pero no era así. Le quitó la tapa al labial y lo giró, y pude escuchar un sonido vibratorio. En efecto, ¡era un vibrador! ¡Claudia! Era tan pervertida que lo había escondido muy bien. Claudia se recostó en el pequeño sillón de su probador y abrió sus piernas. Mientras una mano tocaba y apretaba uno de sus pechos, con la otra acercaba el labial a su vagina ya abierta. No entendía muy bien lo que hacía, pero el ver su cara de placer, su sonrojo, su respiración entrecortada y sus movimientos me excité yo también. De nueva cuenta puse mi coño sobre la alfombra y seguí rozándome. Ella estaba inmersa en lo suyo, emitiendo gemidos por lo bajo de vez en cuando. Por mi parte, comencé a sentir un calor que recorría mi espina dorsal, y aumentaba conforme mis roces contra la alfombra eran más marcados. Sus caderas se movían tan sexualmente que desbordaban por la silla, y se tapaba la boca con la otra mano para que no la escucharan. Seguí rozándome, y una imagen cruzó por mi cabeza: me vi a mí misma junto a ella, rozándola con el labial y tocándole las tetas, y eso me puso a mil. No entendí muy bien, pero la sensación fue creciendo hasta que desapareció por completo y terminé con mis calzoncitos mojados. Sentí que el cuerpo me temblaba, pero pude aguantar lo suficiente para observar que ella llegó a un orgasmo mudo. Todo fue tan rápido que no supe lo que pasó, y ella inmediatamente se incorporó, preocupada ...
    ... tal vez porque alguien la hubiera visto. ¡Qué afortunada había sido yo entonces! Pensé que no sería buena idea que me vieran llegar junto con ella así que salí rápidamente de mi escondite y me dispuse a llegar por el lado contrario, cuando Claudia abrió la puerta y me pegó en la nariz. Ella se espantó y se arrodilló, pidiéndome perdón. Me dolió terrible, pero nada se comparaba a la sensación que había tenido anteriormente, así que pedí disculpas y me levanté. Sangré un poco y ella asustada me llevó ante su madre. Todas las chicas se espantaron y Laura me preguntó que por qué estaba cerca de la puerta de Claudia, a lo que respondí que “me aburría y me había puesto a ver los vestidos del probador”. Debido a mi tierna edad, todas lo creyeron así. Finalmente regresamos a casa, y Claudia venía platicando con sus amigas mientras me abrazaba. El hecho de sentir sus tetas en mi cara me hacía sentir bien, sobre todo porque había podido verla masturbándose anteriormente y volvía a imaginarme en la situación con ella. Laura me llevó con mi mamá y le explicó la situación. Yo me llevé unos buenos regaños por parte de mi madre, pero no me importó. Nada era lo suficientemente malo como para arruinarme el recuerdo de aquella sesión de espionaje hacia Claudia y su necesidad de placer. Y bueno chicos, por ahora corto el relato hasta aquí, porque esta historia es muy larga y muy buena para ponerla en un solo tramo. Si les gusta el relato háganmelo saber y con gusto les contaré el final, que es ...
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