1. La amorosa hija (Parte 3)


    Fecha: 19/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    Al día siguiente, Tomás fue a casa de Anne y Raúl a desayunar y comer, como era su costumbre casi todos los domingos. En el trayecto se detuvo a comprar la fruta favorita de su hija y pan dulce. Vio un bello ramo de flores y decidió llevarlo: sería la primera vez que convivía con la familia de su hija siendo ya su amante. Si el domingo anterior papi estaba a punto de explotar, hoy la situación era completamente distinta. Su buen ánimo se notaba y le era difícil disimularlo. Abrió con su llave y entró. Se sintió algo culpable cuando su yerno Raúl lo recibió en el vestíbulo con el afecto acostumbrado. Nunca hubiera pasado por su cabeza que su esposa comenzó a poner los cuernos con su suegro. Anne bajó minutos después, cuando se habían sentado a la mesa, vestida en un suave y sensual pijama rosa, sin maquillaje y su pelo suelto. Se veía preciosa. Tomás, y se puso de pie y la besó en la mejilla. Anne saludó a su padre con el habitual cariño, como si nada hubiese pasado la mañana anterior, haciéndole sentir su clásico proteccionismo y preguntarle sobre sus medicinas y ejercicios, e insistiéndole frente a Raúl que debería de dejarse la barba. Tomás le mostró que no se había rasurado. Anne le reiteró, frente a su marido, que sería ella su estilista de barba, y que con toda seguridad se vería guapísimo. Raúl siempre pensaba que Anne era a veces demasiado territorial con su padre, pero al saberlo solo y últimamente tan deprimido, era lo menos que podía hacer aún a pesar de que ese día ...
    ... notó en su suegro un aura distinta, hasta contagiante. Anne tenía la gracia de levantar ánimos con su simple forma de actuar. Raúl nunca se lo recriminaba. Había momentos en que Tomás observaba a su novia y sus gráciles movimientos mientras les preparaba el desayuno, cerciorándose que Raúl siguiera ocupado leyendo el periódico, mientras hablaba de temas obligados o intrascendentes, como el estado del tiempo. “Voy a cambiarme”, dijo Raúl. Dio un último sorbo a su primer café y se levantó. Con el pretexto de ver que preparaba para el desayuno, Tomás se dirigió a la cocina, donde Anne preparaba los platillos. Se paró detrás de ella y puso sus manos en los hombros de su bella hija. La besó en la cabeza, mientras ella, con una mano, dio una leve palmadita en la de él. “Cuidado papi”, le dijo murmurando. “¿Y mis nietos?”, preguntó Tomás, ignorándola. “Súpitos”, contestó Anne. “Nomás les llegue el olor y bajan”. Tomás comenzó a bajar sus manos por los costados de Anne, besándola en la mejilla. Ella continuó como si no pasara nada, preparando el desayuno, llegando hasta sus caderas. Anne bajó una mano y la puso sobre la de él, mientras con la otra, papi comenzó a hurgar entre su suave y ligero atuendo, metiendo su gigantesca mano debajo del pantalón por su espalda, constatando que no traía calzón. Suavemente, comenzó a correr su enorme dedo entre las tersas nalgas de Anne. “Papi, calmado, nos va a cachar Raúl”, murmuró Anne, excitada “vas a hacer que me embarre toda”, dijo al sentir ...
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