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Ética, religión y Mónica -3
Fecha: 21/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Lman13, Fuente: CuentoRelatos
... ya! Me posiciono entre sus piernas y apunto mi verga a la entrada babeante de su panocha. Presiono la cabeza contra la entrada y me detengo. Dudo en continuar. No tenemos protección. No quiero accidentes. Ella ve mi cara de duda y adivina lo que pienso. Vuelve a tomar mi rostro entre sus manos y acerca su cara para decirme con voz ronca por el deseo: - ¡Todo… Hasta el final¡ Mi sentido común es aniquilado por su pasión y empujo. Lentamente la cabeza se va abriendo paso y encuentra resistencia. Empujo un poco más y siento claramente como el túnel cede a mi paso. Puedo sentir cada centímetro al avanzar siendo envuelto por las paredes de su virginidad. La sensación es abrumadora. Veo su cara contraída en una mezcla de dolor y placer y continuo hasta que mi verga queda cómodamente anidada en su interior. Ella respira rápidamente y yo me quedo quieto dejándola que se recupere. Dejándola que se acostumbre a mi presencia dentro de ella. Abre los ojos y me dice: - Te puedo sentir todo. Me tienes llena. Poco a poco empiezo a moverme tratando de no deslizar mucho mi verga en su interior, pero es imposible. La lubricación es muy abundante. Ella siente como se mueve dentro de ella y sonríe. - ¡Por Dios… Qué rica está! No puedo más. Empiezo a moverme más rápido y ella gime. - Cógeme, cógeme toda. Soy tuya, soy tu puta. Dámela toda. Yo solo fui capaz de contestar: - Sí. Toda, tómala toda. Podía sentir sus piernas al aire moviéndose mientras recibía mis embestidas. Veía sus tetas meciéndose ...
... al compás del profundo mete y saca. Se habían formado gotitas de sudor en su frente y en su labio superior. Su voz se apagó. Podía verla con el rostro congestionado. Los ojos fuertemente cerrados y la boca abierta sin emitir sonido. Estaba llegando. Empecé a empujar más fuerte y ella se contrajo iniciando su orgasmo. La imagen fue simplemente demasiado, los chorros empezaron a salir. Yo gruñía con cada emisión de semen y ella abrazaba mis nalgas con sus piernas con una fuerza que no creí que tuviera. Nos quedamos como estábamos, ella poco a poco fue aflojando las piernas hasta que se quedó inerte como una muñeca de trapo. El único sonido que se percibía era el de nuestra respiración agitada. Cuando sentí que otra vez me podía mover, me giré sobre mi hombro y quedé tendido sin fuerza a su lado. Mi verga semierecta salió de su panocha arrastrando consigo una mezcla de sus jugos y mi semen, que se depositó como un grueso hilo que iniciaba en los pelos de su panocha y parte de su pierna y que acababa en la punta de mi verga. Así permanecimos unos instantes. Ella se volteó y recargó su cabeza en mi hombro mientras su mano acariciaba mi pecho. Una de sus tetas descansaba sobre mi brazo y cruzó una de sus piernas sobre mí, descansando en mi verga. Yo pasé mi mano detrás de su cabeza, sintiendo todo el peso de su seno y ella se acomodó en ella. - ¿Fue cómo te lo imaginabas? – Pregunté - No. Fue mejor. - Nunca había disfrutado una cogida así. Se medio incorporó y recargó su cabeza en ...