1. Él te observa (Episodio 1)


    Fecha: 01/02/2019, Categorías: Incesto Voyerismo Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... sonrisa que se me dibujó en el rostro fue tan grande como mi desconcierto: ¿Por qué no había tomado el dinero? ¿Acaso sospecharía que era una trampa? ¿Acaso había visto la cámara? Me dirigí al living y revisé cuidadosamente la reservada instalación. Llegué a la conclusión de que era imposible que alguien pudiera ver la cámara si no conocía su existencia. ¿Acaso en verdad Rosario era honesta? El cansancio, producto de mis agotadoras jornadas laborales, y la tranquilizadora ausencia de noticias sobre bienes faltantes, hizo que no chequeara ninguna grabación en los siguientes días. El viernes de noche Irene se acostó temprano. Daniel jugaba con sus videojuegos –o quizá se pajeaba– en su cuarto y Alicia había salido a bailar. Ante la falta de una mejor opción, tomé una botella de whisky y me fui a mi despacho con la idea de revisar las grabaciones de la semana. Estaba tan aburrido que lo hice menos con una intención detectivesca que como solitario y patético intento de entretenimiento. Jamás sospeché que ese iba a ser el comienzo de una serie de infortunados sucesos que no sólo harían temblar los cimientos de mis más sólidas convicciones, sino que me dejarían al borde de la locura. Luego de un par de horas observando desolados paisajes del living de casa, me quedé dormido frente a la computadora. Desperté justo cuando Alicia entraba en la casa de regreso de su noche de rumba. Pude verla enteramente en mi pantalla. Estaba hermosa. Llevaba un vestidito con falda corta –quizá ...
    ... demasiado corta para el gusto de un padre tradicional– y botas largas. Su paso irregular me hizo pensar que estaba algo ebria, lo que confirmé en el momento en que se tiró rendida y quedó dormida en el sofá. Me serví otro whisky para despabilarme y me quedé observando el plácido sueño de mi hermosa niña. Volví a dormirme antes de beber la mitad del vaso. Me desperté al rato, sobresaltado, y mis ojos quedaron redondos de asombro frente a la pantalla de mi pc. Ali seguía durmiendo en el sofá, absolutamente noqueada. En la agitación del sueño su escasa pollerita había trepado hasta su cintura dejándole la cola completamente al descubierto. Mi corazón se aceleró de golpe; mis manos comenzaron a transpirar y a temblar de manera convulsa. Era la primera vez que le veía la cola desnuda a mi nena. Y digo “desnuda” porque la pequeña braguita que llevaba puesta se le había metido casi toda entre los cachetes. En ese instante me di cuenta de que mi pequeña ya era toda una mujer, y es que así lo evidenciaba la contundencia de esos glúteos redondos, turgentes, deliciosos. ¡Por la Santísima Virgen! ¡Qué cola! Fue quizá por la falta de costumbre –su madre acostumbraba a usar amplios calzones que le cubrían la totalidad de las nalgas; y eso que yo había probado suerte regalándole una tanga mínima que ella nunca se había animado a usar, la había escondido en el fondo de un cajón como si se tratase de un pecaminoso atavío profano– pero lo cierto es que en ese momento no pude evitar una erección. Me ...
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