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Dos fantasías en una
Fecha: 13/02/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Ano-Di-No, Fuente: SexoSinTabues
... intención de fecundarla. Juan se retorcía a cada embestida hasta que lo abotonó. Miriam no podía más y se corrió, era la primera vez en su vida que había llegado al orgasmo sin tocarse o sin que la tocaran. Miriam perdió el control, pero por lo que recuerda cada perro penetró a Juan 2 veces en la noche. Amanecía el lunes cuando se abrió una puerta de las cuadras y entró por ella un negro de casi dos metros que sabía a dónde iba. Cuando llegó a la cuadra donde estaba Juan uno de los perros todavía andaba enganchado. Los perros debían estar acostumbrados a él. El hombre negro no se lo pensó y se sacó la verga que le introdujo en la boca a Juan para que terminase de ponérsela a tono. Miriam no podía creer lo que veía. Un perro enganchado en el culo de Juan y el negro follando la boca de su marido. El perro salió y el negro también. Pero cuando se desnudó de cintura para abajo, Miriam pudo comprobar que aquél animal tenía la tranca más grande que ningún otro perro de los que se había follado aquella noche a su chico. Sin vacilar ni un instante, el negro soltó las esposas de Juan, lo levantó, le apoyó ...
... los brazos en una de las paredes bajas de la cuadra donde había pasado la noche, y al mismo tiempo le metió los más de 25cm de un tirón. Cuando terminó de eyacular en el ano dilatado de Juan, lo volvió a atar y dejó que los perros siguieran con su faena. Miriam no salía de su asombro, tan absorta estaba que no se dio cuenta que alguien entró en su habitación y empezaba a hurgarle en su más que humedecida entrepierna. No podía ver quién estaba detrás, pero no le importaba, estaba tan excitada que todo lo que llegara le vendría bien. Lo cierto es que Juan puso unos ojos tan evidentes que Miriam pronto intuyó lo que se le venía encima. Sobre todo cuando la tranca del negro que se había follado a su marido empezaba a abrirse camino por su coño, al que maltrató durante unos cuantos minutos para placer de ella y de su marido. A veces no es recomendable contarle a otra mujer todas las fantasías que una y su marido tienen. Astrid había conseguido que dos de las fantasías de Miriam y Juan, de tantas que tenían ambos, se hicieran realidad en una noche. El resto del viaje anduvieron escocidos, pero contentos…