-
Solo éramos dos
Fecha: 16/02/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Lauer, Fuente: CuentoRelatos
... embriagada de placer. Miguel que hasta ese momento había estado observando, la envolvió por detrás acariciándole los pechos. Pellizcó sus pezones y descendió una de sus manos hasta introducirle de nuevo un par de sus dedos. Los manejaba con habilidad, con la opresión justa. Erika giró levemente la cara hacia él y se fundieron en un ardiente beso. Sin perder tiempo, Miguel abrazándola de la cadera, la provoca para ir hacia el dormitorio. Estaba totalmente entregada y sumisa. Con lentos pasos hacia allí se encaminaron. Sus tacones repicotearon el suelo y su culo danzó mientras se alejaban de nosotros. Antes de entrar, me miró por encima del hombro de Miguel como pidiéndome permiso. ¡A esas alturas de la noche! -Disfruta, pronto estaré con vosotros. –en un intento de por no coartarla. Dejaron la puerta abierta y todos oíamos los ruidos que provocaban. No recuerdo de que pudimos estar hablando esos escasos minutos. Tan solo estaba escuchando los sonidos que provenían del dormitorio. Vacié de un corto trago mi copa y me levanté. -Voy a ver de qué habla esa pareja. –provocando las risas de todos. Cuando entré en la habitación los vi de perfil. Miguel estaba detrás. Erika de rodillas con la cara recostada sobre el colchón. Su cuerpo temblaba con cada nueva penetración. Siempre le había gustaba esta posición. Me miraba como lentamente me iba acercando. Parecía avergonzada al verme, como si me estuviera engañado por hacerlo casi en privado. Apoyó la frente sobre la cama, cerró los ...
... ojos y se dejó hacer. Manoseé sus pechos. Gimió, levantó su cabeza y buscó con la boca mi polla. La devoró al instante. Miguel, totalmente absorbido de placer, empezó a palmear con dureza cada una de sus nalgas. Cada nueva incursión en su interior era acompañada por una sonora palmada. Su culo adquiría un color rosado rápidamente. Culminó con gran estruendo y se desplomó de espaldas sobre la cama. Era mi turno. Tenía necesidad de ella. De poseerla. De amarla. Apoyé mis manos sobre su culo que ardía fruto de las palmadas recibidas, apoyé mi polla en la entrada de su coño y me deslicé tan secretamente como me fue posible. Lo hicimos lento y largo. Miguel al observar el momento que vivíamos se marchó. Nos quedamos solos disfrutando de nuestros cuerpos. Fue maravilloso como nos buscábamos con la mirada. Como resoplábamos juntos. Vivir nuestra sexualidad desbordada sin pudor. Pero todo tiene un final y este fue explosivo. Desde la puerta Alex, junto a Ciro y Miguel, habían observado toda la escena. Sus labios sonreían y sus ojos expresaban afecto hacia nosotros. Salí de su interior y me recosté a su lado. Ella se sentó y tiró de la sábana hasta arroparse los pechos. Es curioso cómo después de todo cuanto había sucedió aún sentía cierta timidez. El fin de la velada estaba cercano. Cada uno de nosotros, en especial Erika, había disfrutado de su cuerpo y se había dejado llevar por los acontecimientos. Todos estábamos eufóricos y satisfechos. Alex se acercó, se sentó junto a ella y le ...