1. Familia violada


    Fecha: 21/02/2019, Categorías: No Consentido Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... enamorarse de ella. — Se va a portar bien, pero por favor no nos lastimen. — dijo Marisa. — ¿Cierto Brenda? La chica sólo agachó la cabeza, pero sabía que iba colaborar, ella misma le había enseñado a utilizar su sensualidad en su favor, dándole a los hombres lo que ellos querían a cambio de diferentes favores. Brenda lo había hecho muchas veces ya, e incluso, en una ocasión, se acostó con un profesor de la facultad para que este la apruebe en el examen. Marisa vio como el hombre que la tenía agarrada de las manos a su hija, puso sus manos en los hombros de Brenda y tiró fuerte hacía abajo, obligándola a arrodillarse. La chica comenzaba a llorar. — Tenés que ser fuerte Brenda. — Le dijo Marisa, pegada a la silla donde la habían atado. — es por nuestro bien, vas a ver que salimos adelante. Dos de los encapuchados comenzaron a manosear a su hija, primero a través del camisón, frotándole las tetas, las piernas y el culo. Le levantaban el rostro agarrándola del mentón cada vez que agachaba la cabeza para no ver lo que le hacían. Las lágrimas recorrían la mejilla de la chica, pero no se resistía. Las manos empezaron a meterse por debajo del camisón, los desconocidos sentían la piel suave de la joven universitaria, que por primera vez en su vida no disfrutaba mientras era manoseada. Uno le bajó la bombacha, que también era rosa y metió su cabeza encapuchada entre medio de las piernas para besar su muslo. Marisa veía todo, sin perder detalle, pero de repente su visión fue nublada ...
    ... por un objeto duro y carnoso. El hombre que le había prometido no lastimarlas si se portaban bien, se había bajado los pantalones y asomaba su falo erecto a la boca de Marisa. Abrió la boca y lamió la cabeza del pene que pretendía ultrajarla, y luego se lo tragó. Era muy difícil mamarla estando maniatada, pero hizo lo mejor que pudo, se lo tragaba casi entero, hasta que se atragantaba con la cabeza del miembro, lo que la hacía abrir desmesuradamente los ojos, y largar lágrimas. El delincuente, un tanto sádico, no la libraba de su fierro, sino que empujaba con más fuerza y sólo cuando ella se retorcía encima de la silla la libraba, sólo para, luego de que ella respirara por unos segundos, clavársela de nuevo hasta hacerla ahogar otra vez. De reojo, con la vista nublada por las lágrimas, podía ver a su hija que ya estaba en cuatro patas, con el camisón todavía puesto, siendo empalada por uno de los tipos mientras se comía la pija de otro. El cuarto hombre se mantenía en silencio, fuera del alcance de su campo visual. No podía ver la cara de su hija, porque el trasero peludo del tipo que estaba siendo mamado le tapaba la visión, pero el cuerpo de la chica se movía con agilidad sobre el piso, y a pesar de estar siendo cogida con fuerza, no le dificultaba mucho chupársela al otro, por lo que asumía que la nena estaba bien y estaba haciendo las cosas lo mejor que podía. Estaba orgullosa de su hija. En el mundo machista había que hacerse lugar abriendo las piernas o agachándose, esa ...