1. Reunión de amigos: Proposición inesperada


    Fecha: 24/02/2019, Categorías: Intercambios Autor: Jorge, Fuente: CuentoRelatos

    ... también, así que dispusimos que yo le diera por el culo a Lourdes y Roberto a Rebeca lo cual cumplía a su vez su fantasía. Habían pasado varios minutos en esta conversación y los hombres ya estábamos bastante recuperados así que Rebeca se tiró en cuatro sobre la colchoneta dispuesta a recibir en su culo, que por supuesto yo había disfrutado en varias ocasiones, el gran cipote de Roberto. Ayudado con un poco de lubricante este colocó la punta de la cabeza en el orificio y empezó a empujar, creo que Rebeca pensó que le sería más fácil recibir en su ano tal herramienta pero equivocó, enseguida noté que le estaba doliendo la penetración, y para relajarla Roberto empezó a besarle y morderle la espalda y el cuello, mientras le pasaba una de sus manos por el bollo acariciando el clítoris y metiendo un dedo para buscar su placer. Era asombroso ver como la gran pinga de Roberto ganaba poco a poco terreno metiéndose en las entrañas de mi mujer y aunque parecía imposible, en un momento el ano de Rebeca se tragó todo el pene, luego de unos segundos Roberto fue sacando la pinga poco a poco para luego volver a meterla ahora más fácilmente y comenzó enseguida un movimiento acompasado más bien lento, pero constante que hacía salir el rabo casi completamente hasta asomar la cabeza pero enseguida arremetía nuevamente hacia adentro hasta chocar los cojones contra las nalgas, ya Rebeca no gemía de dolor, al contrario, casi gritaba de placer y con sus manos hacia atrás tomaba las nalgas de ...
    ... Roberto para empujarlo hacia ella. Ante tantas expresiones de placer mi pinga estaba que parecía un palo y tomé a Lourdes, la coloque sobre la mesa con las piernas abiertas sobre mis hombros y su pequeña conchita frente a mí y lubricando su culito le coloque la punta del rabo en el ojete y empecé a empujar suavemente, era claro que nunca se la habían metido por ahí y el ano estaba sumamente estrecho y apretado, pero continué empujando, ella empezó a gritar que le dolía, que parara, pero yo no me detuve, eché un poco más de grasa sobre el pene y de un empujón le metí dentro toda la cabeza, literalmente le había partido el culo porque enseguida noté sobre el pene unas gotillas de sangre, pero seguí para adentro hasta llegar a introducir la mitad, ella estaba llorando pero resignada a recibir el resto de la culeada empezó a acariciarse las tetas con una mano y la concha con la otra mientras yo sacaba un poco mi herramienta y empujaba nuevamente hacia adentro adaptando su caverna trasera a mi rabo. Luego unos segundos el movimiento se hizo fácil y rápido y pude meterle todo el pene hasta el fondo para comenzar a sacar y meter con movimientos rápidos. Ya a estas alturas Lourdes había sobrepasado el momento de dolor y sus gemidos indicaban que estaba recibiendo placer. Mientras seguía metiendo el cipote en el culo de Lourdes vi como Roberto y Rebeca le habían imprimido un ritmo frenético a su culeada, Roberto se movía constante y rápidamente mientras Rebeca gritaba: –mas, mas, más ...
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