Dos Errores
Fecha: 01/03/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... de los chismosos del pueblo."¡Por favor, Sr. Torres! ¿Qué puedo hacer para que cambie de opinión?""No voy a cambiar de opinión, debido a su comportamiento, pero si pudiera reconsiderar su crédito, depende de usted""¡Haré lo que sea!"Supongo que eso era lo que esperaba oír el Sr. Torres, porque sonrió siniestramente. En ese momento me di cuenta de cómo había interpretado mi aseveración y de lo que significaba, él me dijo entonces: "Quiero ver nuevamente sus encantos Sra. Pérez"Una bofetada me hubiera impactado menos y me hubiera ardido menos en la cara. Por alguna razón, lo que mas me molestó fue el: "Sra. Pérez" que me pareció sarcástico. Entonces cometí mi segundo error. Ahora me doy cuenta que debí salirme de ahí, yo lo podía acusar de propasarse conmigo, antes de que el Sr. Torres dijera algo. Siendo él fuereño y yo lugareña, no hay duda de que a mí me apoyaría la opinión pública. Desde luego que algunos dudarían, pero sería lo de menos. El caso es que, como no podía pensar claramente, me quedé ahí tratando de convencer al Sr. Torres, pero él mostró la misma inflexibilidad que utiliza en sus tratos bancarios.Total accedí a sus deseos y levanté mi falda, lentamente hasta casi mi cintura, a continuación bajé mis pantaletas a los tobillos y empecé a masturbarme delante del maldito hombre. Tenía los ojos llenos de lágrimas mientras lo hacía, por eso no me fijé cuando el hombre se sacó la polla y empezó a masturbarse también, me di cuenta cuando se paró y se acercó a mí y ...
... tomándome la mano la colocó sobre su descomunal instrumento (El pene de mi esposo debe medir unos 15 o 16cm, éste debía tener unos 10cm mas). Al mismo tiempo tuve un sobresalto y una enorme excitación. "¡Chúpamela!" Ordenó, dudé unos segundos y él me tomó de la nuca y me acercó a su palpitante miembro. Sin cerrar los ojos, abrí la boca y por primera vez en mi vida conocí el sabor de la masculinidad. No me desagradó en lo absoluto. Supongo que ayudó el morbo, por que me cautivó lo que hacía, aunque desde luego no es algo agradable el sabor del pene. Total que cuando vine a ver le estaba dando una soberana mamada, con algunas indicaciones del Sr. Torres para subsanar mi inexperiencia, no me limité al pene, también los testículos recibieron su baño de saliva mientras los retenía dentro de mi boca. Le lamí la panza del pene desde la base del tronco hasta la punta, viniendo entonces a meterme el grueso casco y hasta unos 5cm de su longitud, un milímetro mas me provocaba arcadas, pero aún así lo empujé varias veces hasta ese punto. Estaba analizando si escupir o tragar cuando él terminara, cuando me detuvo. Tuve un estremecimiento, primero porque le estaba tomando gusto y luego porque había pensado que con la mamada se conformaría, pero en ese momento supe me haría suya y supe también que no opondría resistencia.Para mí, el Sr. Torres era un hombre mayor, pero yo no había cumplido 21 años y él tenía 32, no era mal parecido y se conservaba en buena forma. Además era soltero y en el ...