1. Me ganaron las ganas


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Voyerismo Primera Vez Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... le daba vergüenza mostrarme sus pequeños pechos. En cambio no tenía el menor empacho en que le mirara su“cosa” (como ella misma le llamaba a su sexo). La entrada a su puchita estaba completamente libre de pelos. Eso sí, bien olorosa a chamaca de esa índole; pero qué se le iba a hacer, ni modo que la mandara a bañar antes.Me permitió meterle el dedo, eso sí (previamente humedecido con mi saliva, claro está) y le gustó.Después de eso me brindó un cálido beso. Para su sorpresa la aventé a la cama y ella rebotó. Rió y yo mismo me alegré que aquello le estuviese pareciendo un juego. Verónica me vio con esa mirada de niña coqueta tan natural en ella.Le caí encima; nos besamos; la envolví con mi cuerpo. Entre besos le pregunté si tenía novio y ella no me respondió del todo, más bien me evadió interrogándome a su vez.—Y tú, ¿tienes esposa? ¿No tienes hijos?Me tomó por sorpresa. Aquello me trajo una imagen muy vívida ante mí. Una que me hizo ver a la Vero con otros ojos en aquel momento. Me reincorporé, y...—Vente, te llevo a tu casa —le dije.Tras haberla dejado en su vivienda no me arrepentí. En ese instante creí que había hecho lo correcto. Me sentí tranquilo de consciencia.«¡¿Qué habría pasado si no me detenía en ese momento?!», me decía.«¿Algo así podría pasarle a...?»...mi propia hija. Poco más chica que Verónica. ¿Qué sería de ella...? No lo sabía. Hacía años su madre se la llevó. Es cierto, no me hice responsable en su momento y... bueno, ella decidió hacer su vida.Viendo su ...
    ... foto, la única que de ella tengo, terminé ese día triste.Quizás por eso, por mi sentimiento de culpa, es que, días más tarde, le llevé un pack de útiles escolares al local de las despensas. Vero era notablemente muy pobre, según pude constatar al haber visto la fachada de donde vivía. Así que seguramente le vendría bien ese regalo. La empleada de las despensas me los recibió con mucho afecto.—Gracias. Eres muy bueno. Oye y ¿estás casado? —me dijo sin reparo alguno.Su pregunta me sorprendió, pero en ese instante entendí. Había sido ella la que escribió eso de:“hasme un hijo” en la caja. ¡Claro...! ¿Quién más? Y yo pensando que había sido Verónica. Eso había sido de lo más absurdo.Claro que aquello no podía haber venido de una chamaca así.Maribel (como me dijo que se llamaba) en cambio, (media hermana de Verónica, según supe) con veinte años y soltera, era lo más lógico.Al parecer yo le agradaba a Maribel y a mí ella pues... no. No era de mi tipo.Sin hacerle un desaire hice como si no hubiese leído dicho mensaje y no le di importancia a su pregunta cambiando de tema inmediatamente al preguntarle por la escuela a la que acudía su media hermana.Verónica asistía a una escuela de gobierno no muy lejos del local de las despensas. Un día la esperé a la salida y me ofrecí a llevarla a su casa después de clases. Ella, de buena gana, aceptó subirse a mi auto sin dejar de despedirse de sus amiguitas con altivez. Creo que, como“Chachita”, les presumió de tener un papá que mandaba el coche ...
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