Me ganaron las ganas
Fecha: 01/03/2019,
Categorías:
Voyerismo
Primera Vez
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... por ella.—Y ¿qué andas haciendo por acá? —me preguntó.—Nada, vine por lo de la despensa —le respondí.Pero a quién engaño, si me había ido a parar ahí, justo frente a su escuela, era sólo porque había vuelto a sentir la misma comezón en la... bueno, las mismas ganas por culearme a la humilde chamaca, dicho sea claramente.Y vaya que la niña vivía en condiciones humildes, al entrar a su casa me di cuenta. El lugar estaba en tan malas condiciones que hasta había una placa metálica en la entrada que pomposamente manifestaba:“Esta vivienda tiene piso de cemento gracias al honorable gobierno de... (ya saben, el Sr. Presidente)”. Los Programas sociales del gobierno siempre ensalzando al mandatario en turno.Para ingresar caminamos por un estrecho pasillo flanqueado por dos bardas de tabique pelado. Según me dijo durante el trayecto, su hermano, ella y su media hermana Marisela (la empleada de las despensas) compartían una misma habitación.Todo era muy reducido. Al entrar a su cuartito saludamos al hermano, que hacía la tarea ahí mismo, así que nosotros nos fuimos a“jugar” a la habitación de sus padres (ellos estaban trabajando, según me dijo).Visualizar las estrechas condiciones de vida en que vivía Verónica, hizo que volviera a sentir pena por la chamaca. Pero el pensar que en cualquier momento podrían descubrirnos, estando ahí en su casa y en el cuarto de sus padres, con su hermanito al lado, provocó que se me volviera a parar la verga.Para ese momento yo sólo quería ...
... desahogarme. Estaba decidido. Desahogaría esas ganas que me quemaban las entrañas con ella, pues bien sabía que sólo así me saciaría, entrando en aquel pequeño cuerpo de la Vero.—Va a ser como chupar una paleta, mira, te los compré del sabor que te gusta —le dije al ofrecerle mi miembro enfundado con látex color morado.Ella ya estaba toda desnudita bajo de mí. Esa vez la había hecho que se quitara todo, todo excepto aquellos percudidos “tines” blancos con azul que cubrían sus pies. Y es que, para convencerla de vencer su timidez, le propuse que ambos estaríamos iguales. Me desnudé, pero había conservado mis propios calcetines pues temía que andando descalzo por ahí fuera a conseguirme alguna clase de hongo o algo peor. Todo estaba muy sucio.La boquita de la Vero fue deliciosa, y apenas preámbulo de lo que vendría. La chamaca chupo mi pene cual paleta, tal como le dije.—No, que no te dé cosa. Tú cierra los ojos que yo te la acerco (y así lo hice). Abre la boca y comienza a chupar. Imagina que es unaChupa-chups de uva... eso, uy, qué rico —le decía mientras le invadía la boca con mi verga.Ella se río al escucharme decir eso último. Pese a la barrera de látex podía sentir la calidez y el estrecho tamaño de su mamadora boquita.Me lo mamó con la calidad que sólo la naturaleza innata puede dar a ciertas chiquillas que como ella ya lo traen en la sangre. Yo me dejé caer sobre la Vero y prácticamente me cogí su boca con todo el peso que la parte inferior de mi cuerpo podía ofrecerle en cada ...