Matrimonio y nuestro primer trio de forma inesperada
Fecha: 02/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Primera Vez
Autor: PATRI81, Fuente: CuentoRelatos
... dije que no estaba mal y se partió de risa, me conocía de sobra y sabía lo que estaba pensando, porque me dijo que me apostaba lo que fuera a que si metía su mano debajo de mi falda la sacaría mojada, ni le quise responder. La cena fue un cruce de miradas insinuantes, de deseo, de mucha calentura. No recuerdo ni que cenamos. Me tenía absorta y mis pensamientos se confundían y el cabrón de mi marido tonteaba bajo la mesa. No lograba concentrar mis pensamientos. Nos llevó a tomar una copa a un sitio que llaman el barrio, que estaba petado de gente. Lo que hizo inevitable algún que otro roce. Cuando le vimos, me fije que se le notaba un buen paquete con esos pantalones y mi intriga era si en verdad tenía el tamaño que decía, porque hay mucho fantasma. En uno de esos roces, mi marido lo tenía delante y a Carlos detrás, note bien ese paquete, no lo llamare pene, porque nunca lo hago y de todas las formas que conozco cogeré el término que siempre utiliza mi marido, el de rabo. Me tembló todo el cuerpo, parecía que no sería mentira, por lo menos mi culo lo percibió así. El calor que hacía ya de por sí, sumado a la aglomeración de gente, me hacía sentir sofocada. Me saltare algunos detalles y solo saber que mi calentura era ya inaguantable. Para salir del paso propuse ir a un sitio con menos gente y que no hiciera tanto calor. Carlos nos propuso ir a su casa, añadiendo la coletilla que sin ningún compromiso y sin la obligación de nada. Mi cabeza decía que no, un rotundo no, pero mi ...
... chochito decía un rotundo sí. Me tranquilizaba que Juan diría que no, Porque si tuviera que decidir yo, hubiera dicho que no, aunque me hubiese costado. Juan por sorpresa dijo que solo una copa. ¿Qué hacía? Estaba tonto. Regresamos casi al hotel y nos metimos en un aparcamiento, donde Carlos había dejado su coche aparcado. Ahorro el contar el trayecto, porque si antes mi cabeza estaba confundida ahora ni cuento. De vez en cuando nuestras miradas se cruzaban por el espejo retrovisor ya que yo iba detrás y cuando eso se producía me deshacía. Llegamos a un chalet normal, estaba muy bien se veía una parcela de tamaño normal al igual que la vivienda. Nos sirvió unas copas y luego salimos a la zona del jardín, donde había una piscina iluminada, que de buena gana me hubiera tirado al agua a remojar mi cuerpo y mis ideas. Me acerque y me quite una sandalia, para meter la punta de los dedos en el agua, estaba perfecta para un baño. Carlos nada más verme hacerlo, me invito a darme un baño, haciéndolo con esa mirada y esa sonrisa hechizadora. Mi respuesta fue la obvia, que no tenía bañador. Perseverante me dijo que no hacía falta, que él se bañaba siempre sin nada y que en esa piscina jamás nadie se bañó con nada. Me notaba que me subían todos los colores, pero aguante, esperando que mi dulce marido me sacara del atolladero. Al ver que no decía nada, le eche una de mis miradas que él conoce y su actitud fue la de animarme a ello. ¿Estás seguro? Le pregunte yo acentuando cada palabra y el ...